El Portu, este 'Portu de Loza', no sólo debe 'ser' virtuoso, sino 'parecerlo'. Cuando su virtud futbolística consiste en superar en el juego, y con holgura, a su oponente. Cuando parecerlo conlleva la capacidad de marcar más goles que su rival. El equipo jarrillero ha sido muy superior al Laredo en mañana de domingo soleada. Y sin viento. Llegaban los gualdinegros al choque luego de dos semanas de 'descanso' y con el recuerdo gozoso de aquella victoria 'in extremis' ante el Leioa. La moral, por las nubes. Quizás por ello. Por haber subido tal alto. Por haber rasgado el cielo y haberse quedado allí, flotando, como a la espera.
"El agua hirviendo en puchero / suelta un ánima que sube / a convertirse en la nube / que luego será aguacero". Debería haber llovido, como canta el trovador. Para que el 'animo' aquel que generó el primer triunfo de la temporada se hubiera posado sobre Antonio Salado y Esteve Monterde. Dejados de la mano de 'Fortuna' los lanzadores de las dos penas máximas de las que dispuso el cuadro de La Florida. De ella. La del cuerno de la abundancia. Que delegó en su compañera 'Ocasion'. La diosa casi calva. El largo mechón que conserva la salva. A él se agarraron los dos elegidos por su entrenador. Guemes, descartado.
De ahí que, cuando al 'nueve' lo agarrara su defensor en el corazón del área cobrándose el arbitro penalti, fuera Antonio Salado el que cogiera la pelota. Zurdo fino. Clase a raudales. De la escuela de Lezama llegó a lo alto de La Florida. Uno no las tenía todas consigo. Tal vez porque a través de su pantalla del móvil la portería de Puras parecía diminuta. El portero miraba al lanzador. El que se disponía a golpear le perdió de vista al arquero. Los zurdos acostumbran al disparo cruzado. El guardameta decidió aguantar. Hasta que Salado le enseñó con el interior de su bota izquierda el palo 'antinatura'. Golpeo que no fue violento. Y, lo que obraba en su contra, y a favor del arquero, a media altura. Ese lugar prohibido. Salado pecó. O raso o a la escuadra. Pero nunca ahí. Porque, de seguido a la estirada, el portero, por inercia, cae. Y lo primero que se encuentra es el balón. El Portu acababa de desperdiciar la primera gran oportunidad que 'Ocasion' le había regalado.
Se cumplía la media hora. Tres minutos después, Musy, en carrera vertical, dibujó con su cuerpo la tercera obra de arte desde que viste de 'oro y hulla'. Puras. Otra vez él. Mano a mano. O 'el pie contra la mano'. El Portu, de entre los dos, seguía siendo el equipo de 'fútbol más honrado'. Pero no lo parecía. El electrónico y sus 'apariencias'. Dos ceros brillando en el 'luminoso'. 'Ser' mejor y 'parecerlo'. Difícil mezcla para este 'buen Portugalete' al que el fútbol le está pagando con moneda falsa. Apenas dos minutos después del 'vicegol' del cisne cántabro, cuatro desde el desperdicio del penalti, Álvaro García, desde la larga distancia, se la jugó 'de tres' y la clavó en la red luego de penetrar la escuadra.
De 'tres'. Sí. Porque su tiro, transformado, le ponía al Laredo por delante. Triunfo virtual. Tres puntos para el cuadro de Manu Calleja. Un 'viejo conocido' de la casa. Dirigía al Portu en aquel memorable play off frente al 'Marme'. Fue terminar el curso 2011-2012 y viajar raudo a tierras árabes. Desde entonces, y uno no sabe por qué, cuando viene a La Florida mira a la gente como si 'se le debiera dinero'. Como si no se le hubiera dado el cariño suficiente. Extraño comportamiento el de este profesional del fútbol.
Segundo acto. Loza acaba de activar a Ángel Gandara. Regresa 'Txopi' luego de aquella lesión de última hora en los 'Campos de Soport de El Sardinero'. Monterde y Txopi. Doble medio centro. En él confía el mister. Y en Esteve Monterde, para lanzar el segundo penalti del partido. Thaylor, derribado cuando se disponía a culminar su particular 'carrera de obstáculos'. Monterde. Guemes, descartado en el juego de la suerte. "Salado y Esteve eran los elegidos", habría de confesar Ezequiel Loza a ElDesmarque Bizkaia.
Si en el primer lanzamiento, la portería del Laredo, diminuta, en este que debe asumir Esteve, Puras, esa impresión daba, como capaz de tocar con sus manos los dos postes de su portería. Esteve Monterde estimó que lo más oportuno para marcar era burlar al 'can-cerbero' con un lanzamiento 'a lo Panenka'. Así como Salado no lo hiciera, el medio centro del Portu tampoco fijó su vista en Puras. Porque de haberlo hecho, no le habría entregado el balón a sus manos. Niño que a su maestro le da su juguete, confiscado. El portero del Laredo había decidido no moverse ni un centímetro. Sus pies, pisando la cal. Su cuerpo, equidistante. Tanta distancia a un lado. Otra tanta, al otro. "Anda, dame esa pistola, que esa bala no es para mí". Y Esteve le entregó la pelota.
Desarmado. Así él como su equipo. El Portu acababa de tentar a la suerte por segunda vez. "Sólo los elegidos cumplen sus promesas". Miguel Suaña y su poética sentencia. Y su tremenda y conmovedora pregunta:¿"Por qué moriste, Portu, por qué?". El 0-1 ya no se movería. Con el gravísimo error que supone desperdiciar un penalti en una competición de partidos tan apretados, el Portu había malgastado todas sus balas. 'Ser o no ser'. ¿Ser o no ser mejor? No. No se trata de eso. El Portu era muy superior. ¿Entonces? Lo dijo Loza en declaraciones post partido. "Hay que seguir, no queda otra". Admiro la entereza de este gran entrenador que dirige al Club Portugalete. "Seguir intentando ser superiores a los rivales". Pero es que, míster, el Portu era muy superior al Laredo: ¿entonces? "Tener más acierto".
Desde el punto de penalti. Tres lanzados. Tres fallados. Cuatro puntos sin sumar. El del Bilbao Athletic, que falló Guemes. Estos dos que al Laredo no se le han marcado. "Los lanzadores asignados para hoy eran Salado y Esteve, y han fallado". ¿Y Guemes? "Adrian ha tenido que respetar el orden establecido, como todos los demás". Loza se pone en la piel de los que no acertaron desde los once metros. "Los que más hubiesen deseado hacer gol son Salado y Esteve; no se les puede reprochar nada". Dolido Ezequiel Loza. No es para menos. Pero sabedor de que el fútbol del equipo está muy por encima de los resultados. "Es muy doloroso lo que nos está sucediendo 'deportivamente' hablando. Pero hay que rebelarse contra ello. Que no nos hunda". Cuando juego y acierto no van de la mano. Fútbol cruel.