Tras la derrota de Zubieta ante la Real Sociedad B, sólo una victoria jarrillera mantendría en el aire la gran promesa de la 'plancha' encabezaba por Eduardo Rivacoba Zurimendi. El presidente del Club Portugalete y sus palabras que quedaron en el aire, flotando, como a la espera. "Quiero dejar al Club Portugalete asentado en la Segunda División B".
Para asentarse, permanecer. Permanencia que pasaba, de manera innegociable, por derrotar al Real Unión en el Estadio de La Florida. Domingo. Once y media. Escenario. Día. Hora. Duelo entre dos históricos. Uno se maneja en lo alto. El otro, anfitrión que deberá agasajar con su fútbol al señor Mardones, presidente de la F.V. F. que, por cuestión de territorialidad, deberá tomar partido si es que lo hace con mesura.
A dos jornadas para concluir esta primera fase, Alaves B, Laredo, Portu y Arenas, metidos en el ajo. Consumida la anteultima, el Laredo, vencedor [0-1] en Sarriena, ha conseguido librarse de todo mal. Los tres restantes pondrán en juego su suerte en horario unificado. El filial babazorro, a tenor del rival que lo espera [Sanse en Zubieta], diríase que tiene todas las de perder.
En lo que respecta a 'areneros' y 'jarrilleros', no deberán mirar más allá de lo que tengan delante cuando les llegue la hora. Arenas Club vs Club Portugalete. Al 'histórico' le basta el empate. Los de La Florida y esa necesidad imperiosa de asaltar la 'jaula de Gobela' para que Rivacoba se agarre a esa 'promesa' que está obligado a cumplir.
Tras viajar entre la tormenta de penaltis fallados, méritos sin recompensa, cese y alta en el banquillo, que el Portu haya llegado al ultimo partido dependiendo de sí mismo podría ser tanto motivo de asombro como de admiración. Y para merecer un hueco entre los grandes, derrotar al Real Unión. ¡Ahí te quiero ver, Portu, ahí!
Venia la escuadra jarrillera de caer en Zubieta. Sin más. Heridas de guerra que Asier Santana se encargó de que cicatrizaran durante la semana.
Se trataba de mostrar la mejor cara. Ante la cámara. Por televisión. "A puerta cerrada". Tan sólo personas acreditadas. Un lujo ver a los futbolistas de cerca. Ajenos ellos a tanta ausencia. Actores. Esos que fingen tan completamente que hasta fingen que es pasión la pasión que en verdad sienten.
Mediavilla, que tan sólo será exigido en las postrimerías y con todo el pescado vendido. Zekri, que aprendió a amar la banda derecha cuando Camus le entregó el relevo. Rozas y ese caer en la cuenta de que el que recorre 50 metros puede comerse el hectómetro. Murua y, a su lado, el bravo Santamaría.
Desde que llegó Arnedo en el mercado de invierno, Santana lo colocó por delante de la defensa para electrificar el juego del equipo. ¡Qué escándalo de medio centro este Álvaro que tanto tiempo se comió en el dique seco por su grave lesión! Es tal su extensión del entrenador en el campo, que Esteve Monterde, el catalán que hacía y deshacía en la medular, obediente a los dictados de su entrenador, se ha visto obligado a adelantar su posición a esos límites donde se mueve la media punta. Forzado a ver la portería de espaldas, pierde Monterde, el equipo pierde, y sin embargo, ahí, en el once de Santana, que es el entrenador, el que en la pizarra siempre gana.
'Fer' Rubio. Equilibrio. Moderación. A fin de que los tres de arriba percutan y dañen. Eizmendi, banda izquierda. Thaylor, roturando la cal de la banda derecha. Y desde que, grano a grano, consiguió formar su propia playa, un hombre, desgarbado como Julio Salinas, inteligente como Gabri Ortega, talentoso como el 'orfebre de Gallarta', Mario Musy, en fin, que aprendió a ser artista desde el minuto uno hasta la conclusión
Adrián Güemes, ese ariete que Ricardo Moreno tanto pondera, el que goleaba en el nombre del padre, como si el banquillo se lo hubiera tragado. Antonio Salado y su zurda inteligente, en la tribuna sentado. Llegará el momento en el que Santana lo citará para que salga a escena. Para decidir. Y es que los papeles cortos a veces son los que más impresionan.
Sobre un césped de lujo, la presión es la táctica para que el juego no surja y se desparrame. Son dos muy buenos equipos y sin embargo...
La banda derecha de Zourdine. La figura de Borja Viguera como bailarina que camina sobre las puntas de sus pies; el artístico patinador y su suelo de hielo. Irazustabarrena, el tantas veces 'Txusta' en los partidos de ETB1. Atezaina. Gaur, bi gol jasoko dituena. Ez du ematen hainbesteraino izango denik. Sucede que, zuhurtasunez, el Portu está madurando el partido.
De la segunda parte un corto trecho. Portería de la carretera. Banda derecha. Córner. Esteve Monterde y su toque sutil. 'Fer' Rubio y su cabeza que prolonga leve hasta el segundo palo. Thaylor. Machaca. El Portu, por delante en un partido tan apretado y exigente. Fruto de la estrategia, el talento, la intuición. El Portu es mejor, y encima lo parece. Tiene calidad, y aún le falta demostrarla con un segundo tanto que habrá de cerrar el partido.
Salado había relevado a un Thaylor caliente y tarjeteado. Había ubicado Asier Santana al muchacho en la banda derecha. Fue así, a pierna cambiada, que el fino, el estilista sestaoarra, ganó la linea de fondo y, sobre ella, se puso a hacer malabares. Quebró. Ruido de huesos. Metáforas. Alegoría. Qué bello es el futbol cuando bien se le interpreta. De su pie derecho al izquierdo.
El tiempo se detiene, así como todo lo que tiene vida menos lo 'animado'. Levanta la cabeza. Barre con su mirada el área hasta detenerse en el punto de penalti. Donde pone el ojo pone el balón. Desgarbado. Inteligente. Talentoso. Elegante hasta para matar. Al palo corto. A su base. Interior con un cierto empeine por aquello del efecto de la rosca. Con la fuerza y el talento de dos goles el Portu ha sometido a un Real Unión que vivía en las alturas. "De lo fétido de la vida saca almíbar la fruta y colores la flor".
En la última jornada, en la 'jaula' o 'ratonera' de Gobela, dos 'viejos amigos', nacidos ambos en 1909, se verán forzados a pelear hasta la muerte, del uno o del otro, alegando en todo momento que lo que les mueve es "defensa propia, nada más". "Y bajo los tepes artificiales no habrá arena de playa".