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¿Qué musicales se han beneficiado de las normas de los Globos de Oro?

La 74ª edición de los Globos de Oro tendrá lugar esta noche, y todo apunta a que La La Land (Damien Chazelle, 2016) va a llevarse, como mínimo, 3 de los 7 galardones a los que aspira: Mejor película musical, Mejor actor en un musical (Ryan Gosling) y Mejor actriz en un musical (Emma Stone). También podrían caerle Mejor dirección o Canción original, entre otros. Pero es interesante destacar esas tres más que probables victorias porque este año se produce un fenómeno que se da de vez en cuando en la industria, cuando un musical llega a la escena, arrasa y se sabe, con seguridad, que tiene al menos un par de premios asegurados: los Globos de Oro.

Como Los miserables (Tom Hooper, 2012), Chicago (Rob Marshall, 2002) o Evita (Alan Parker, 1996), muchas cintas se han beneficiado de las peculiares normas que pone la Asociación Extranjera de la Prensa de Hollywood, que otorga los Globos de Oro desde los años 50. Hay que tener en cuenta el contexto para entender mejor las normas, ya que en esa época el musical era un género en boga en Hollywood, de ahí que hasta 1963 no se fundieran las categorías de Comedia y Musical, cuando estos empezaron a escasear un poco. Desde entonces, 14 musicales se han llevado el Globo de Oro a Mejor Comedia o Musical, como lo han hecho 15 Actores y 15 Actrices.

El problema de estos premios es que, como siempre en la industria, se pueden hacer trampas. Un musical puede ser cómico, dramático o hasta de terror (Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet (Tim Burton, 2007), que se llevó Mejor película y Actor), pero en ocasiones las productoras cuelan biopics de cantantes en esta categoría, con el consiguiente ridículo de saber que Ray (Taylor Hackford, 2004), En la cuerda floja (James Mangold, 2005) o La vida en rosa (Olivier Dahan, 2007) se han llevado estos premios, cuando no son películas musicales, sino dramas donde hay varias actuaciones musicales. Para entender la diferencia, basta pensar en Dreamgirls (Bill Condon, 2006), que sí es un musical y tiene similtudes argumentales con las películas citadas.

Se entiende que esta fue la solución de la Asociación para no deshonrar las propuestas musicales, pero a lo largo de los años muchas veces se ha evidenciado que muchos miembros de la industria son conscientes del absurdo en que se suele caer. Tiene algo también de desprecio indirecto hacia lo que no sea Drama, ya que cuando un musical dramático llega con fuerza un año, el resto de candidatas cómicas no tienen nada que hacer. Lo más extraño es que la solución sería tan simple como volver a Drama y Comedia y catalogar las propuestas musicales de manera que puedan estar presentes en cualquier categoría. Otra opción sería volver a crear una tercera categoría, pero nadie quiere eso, porque sería costoso y alargaría aún más la ceremonia. Pero habría que hacer algo, porque la situación actual es estúpida. Porque, calidad aparte, La La Land va a ganar porque ha llegado al día de hoy con más y más bombo mediático.

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