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Las lesiones más absurdas en el fútbol español

ElDesmarque

Las lesiones son uno de los mayores problemas del mundo del fútbol. Los problemas físicos dejan sin jugar a los futbolistas, aunque en ocasiones sí es cierto que son ellos mismos los que se lo buscan.

 
Estas son las lesiones más absurdas en el mundo del fútbol con jugadores que se encontraban en ese momento en la liga española.

 

Uno de los últimos en caer lesionado de forma sorprendente ha sido Gareth Bale. En la recta final de la pasada campaña, el galés cayó lesionado y muchas voces apuntaron a que la contractura sufrida se produjo mientras jugaba al golf en Valderrama. Como si el futbolista blanco se lesionase poco jugando al fútbol...

 

Otra de las lesiones absurdas más sonadas fue la de Éver Banega en 2012. El centrocampista entonces del Valencia se fracturó la tibia y el peroné cuando intentó frenar su coche con la pierna, después de habérselo dejado sin el freno de mano puesto en una gasolinera.

 

El internacional español Sergio García llegó como estrella al Betis en 2008 después de proclamarse este verano campeón de la Eurocopa, aunque su rendimiento nunca llegó al máximo. Una de las lesiones que le lastró se la produjo al tirarse al césped de rodillas para celebrar un gol, con la mala suerte de que no se deslizó y se dañó la rodilla.

 

El meta valencianista Santiago Cañizares partía como el meta titular de cara al Mundial de Corea y Japón 2002, aunque las circunstancias llevaron a Casillas a la portería. 'Cañete' se cayó de la lista después de que se le rompiera un bote de colonia en el pie al intentar evitar que cayera al suelo.

 

El jugador franquicia del Villarreal a principios de siglo, Martín Palermo, sufrió una lesión en 2001 que dio la vuelta al mundo. Al celebrar un gol en un partido de Copa del Rey con su afición, la valla de los fans amarillos cedió cayendo sobre el argentino, fracturándose por partida doble tibia y peroné.

 

Antes de Sergio Busquets, su padre Carles ya fue parte de la plantilla culé, de portero. Precisamente al evitar que una plancha encendida cayera sobre su hijo, el guardameta culé se quemó las palmas de las manos, estando varias semanas de baja.

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