Los Emmy 2017 han tenido varios aciertos, tal y como se puede leer aquí, pero más que nada han tenido olvidos que no se explica nadie. Y no, no nos referimos a la ausencia de Juego de Tronos porque era una ausencia anunciada. Ni tampoco a que nos quedemos sin Tatiana Maslany alzando su Emmy en la temporada final de Orphan Black. No, se trata de casos más llamativos y de ausencias que denotan cierto desgaste en los premios de la Academia.
Los Emmy reflejan, como cualquier otro gran premio, las corrientes televisivas y las ensalza. Debería imperar la innovación, el riesgo y la calidad de las ficciones, pero no siempre es así. Por eso mismo en esta segunda parte del balance de los Emmy se habla de “desaciertos” y olvidos.
No creo que diga nada demasiado disparatado cuando afirme que la mayoría de nosotros se ha quedado estupefacto con la nominación a Sharon Purser. La categoría en la que compite, es decir, la de artista invitado, suele ser una categoría en la que priman las actrices y actores veteranos. Personajes reconocidos que aparecen de manera episódica en alguna serie. Es el caso de Cicely Tyson, Alison Wrigh o Ann Dowd. O incluso personajes que han perdido peso dentro de la serie, como por ejemplo Laverne Cox y su Sophia en Orange is the new black. Casi nunca nadie es nominado por su primer trabajo, y menos aún como personaje episódico.
Sin ánimo de ofender el trabajo de Sharon Purser, no creo que esté al nivel interpretativo de sus competidoras. Barb es más un icono pop actual que otra cosa, y por ello pienso que este año los Emmy han pensado más en la popularidad que en otro criterio. Lo mismo ocurre con Sherlock. Su nominación parece un acto reflejo, algo que se realiza de manera automática. La última temporada me pareció una sombra de lo que fue.
En comedia esto se agrava más aún. La calidad de Modern Family no es la que era, y al igual que pasa con Sherlock, existen otras series cómicas que tratan temas similares y de formato parecido. Parece que no son los Emmy si la serie no está nominada. Otro caso inexplicable es que Ty Burrel compita en reparto. ¿Quién es entonces protagonista en Modern Family?
Tampoco son muy acertadas las nominaciones The wizard of lies, una miniserie que ha pasado sin pena ni gloria entre el público y que sin embargo ha colado a dos de sus actores entre los nominados.
Creo que estos Emmy deberían llamarse “justicia a The Leftovers”. La serie creada por Damon Lindelof es una delicia –quizá no apta para todos los paladares-, pero realizada con un gusto exquisito. Uno de los mejores dramas que se han emitido en televisión en los últimos años, tan inusual que merecía un hueco en las nominaciones. Tan solo Ann Dowd –y su magistral Patty- ha conseguido reconocimiento a su trabajo. Ni Carrie Coon –quien ya ha dejado muy clara su postura respecto al tema- y su Nora, ni Justin Theroux han tenido espacio en estos Emmy. En este mismo tono se podría hablar de Penny Dreadful. La serie protagonizada por Eva Green también se ha despedido de la televisión siendo completamente olvidada. Green, quien está espléndida en su rol de Vanessa Ives, no ha podido decirle adiós al personaje con una nominación bajo el brazo.
La comedia tiene un nombre propio y es Jane, de Jane the virgin. La serie que ostenta uno de los pocos globos de oro que posee The CW ha tenido una temporada brillante, con un equilibrio casi perfecto entre lo trágico y lo divertido. Tanto la serie en sí, como Gina Rodriguez, su protagonista, tendrían que tener un hueco. Quizá si la Academia se quitase el prejuicio que se le tiene a cadenas como CW y a las comedias de este tipo, los Emmy serían un poco más justos. En comedia también habría que reivindicar One day at a time, una comedia de corte muy clásico pero muy, muy bien ejecutada.
En las miniseries la gran olvidada ha sido The Young Pope y su protagonista, un Jude Law en estado de gracia. Nadie se explica su ausencia, ni tampoco cómo Genius ha podido ganarle en la carrera.
Como se suele decir, nunca llueve a gusto de todos. Los Emmy no tienen por qué contentar a todo el mundo, pero hay cosas que sencillamente no se comprenden.