El estreno de Fast & Furious 7 ha obligado a un cine estadounidense a permanecer abierto las 24 horas del día para satisfacer la demanda del público de ir a ver la última película de la saga, en la que aparece por última vez el fallecido actor Paul Walker.
El cine AMC Fresh Meadows 7 de Queens, en Nueva York, ha llegado a ofrecer pases a las cuatro de la madrugada, cuestión que ocurre de forma ocasional y que sólo se recuerda con estrenos como El Caballero Oscuro o películas de la saga Harry Potter.
Ryan Noonan, de la cadena AMC, afirma al respecto: "Siempre y cuando los espectadores sigan llenando las salas, seguiremos manteniendo las puertas abiertas y las palomitas calientes"
La película ha llegado a recaudar 143,6 millones de dólares en EE. UU. en su primer fin de semana y casi 400 millones en todo el mundo arrasando en todas las taquillas. Aunque no parece que tenga mucho que ver, Vin Diesel dijo que la octava entrega podría estar ambientada en Nueva York, cuestión que ahora parece más que probable si con eso consiguen que las salas de los cines nunca cierren.