Horas después de darse a conocer la sección oficial del Festival de Cannes 2017, surgió la polémica. The Meyerowitz Stories (Noah Baumbach) y Okja (Bong Joon-ho) formaban parte de dicha sección, y ambos son filmes de Netflix, lo cual implica que su estreno se dará en la plataforma -el segundo tiene ya incluso fecha, el 28 de junio en algunos países-. ¿Cuál es la polémica? Una normativa que une al festival con los cines franceses, y que implica que las películas que se proyecten en el festival tardarán un mínimo de 36 meses en verse en plataformas digitales. Los distribuidores dicen entonces que se está violando la norma.
Eso, evidentemente, choca con las intenciones de Netflix, y aunque el festival animó el gigante del streaming a estrenar las cintas en salas francesas, éste se negó. Ante las críticas, pero sin querer ceder tampoco del todo, el festival ha anunciado que, a partir de la edición del año que viene, todas las películas de su programa deberán tener un estreno en salas francesas. ¿Significa eso que Netflix no volverá a tener productos en Cannes? No necesariamente, ya que con Beasts Of No Nation (Cary Joji Fukunaga, 2015) hizo un estreno en salas poco antes de ponerla en la web, pero la experiencia no fue especialmente exitosa.
Si el Festival ha decidido mantener los títulos será porque la denuncia de los distribuidores no tendrá el fundamento suficiente, o bien porque se haya llegado a un acuerdo de otro tipo. No son extraños, pero se hacen basándose en la buena fe de ambas partes. En España, por ejemplo, Pieles (Eduardo Casanova, 2017) se estrena el 9 de junio, pero lleva viéndose en Netflix en otros países desde hace un mes. Es una situación interesante la que ha despertado esta polémica, porque contrapone la revolución que supone Netflix con el modelo -más o menos predominante- de Francia, donde el cine se ve en el cine. Y el resultado no es halagüeño para los sibaritas, precisamente.