James Bond es una saga larguísima y llena de anécdotas, pero pocas como el día en que el espía tuvo que hacerse real para salvar una vida en apuros. El agente 007 es un espía secreto al servicio del MI6, el servicio de contrainteligencia británico en el extranjero, creado en los 1953 por el periodista y novelista Ian Flemming. Desde entonces, James Bond ha protagonizado hasta veintiocho películas interpretado por diez actores distintos. Pierce Brosnan, el protagonista de esta curiosa anécdota, fue el noveno de ellos.
El actor irlandés interpretó a James Bond en cuatro ocasiones entre 1995 y 2002, en las películas GoldenEye, El mañana nunca muere, El mundo nunca es suficiente y en Muere otro día. En esta última cinta coincidió con Halle Berry, la actriz estadounidense que interpretó a la llamada "chica Bond" de esa película. La "chica Bond" es el interés amoroso del espía en cada película, y que ha ido cambiando de una a otra. Halle Berry venía de ganar el Oscar a mejor actriz principal por Monster's Ball, por lo que en aquel año el reparto de la película era casi galáctico.
Pierce Brosnan dio hace unos días una entrevista para Esquire, en la que confesaba que Quentin Tarantino estuvo a punto de rodar una película sobre el espía británico. Esta vez le tocaba el turno a su compañera de reparto en el programa de Jimmy Fallon, donde compartió una curiosa anécdota del rodaje de Muere otro día. El título de la película le valdría también a esta misma historia.
Según Halle Berry, durante el rodaje de una escena en la que tenía que seducir a Bond, se atragantó comiéndose un higo, por lo que empezó a ahogarse. Brosnan se dio cuenta lo suficientemente rápido de lo que estaba pasando, por lo que pudo reaccionar y hacerle la maniobra de Heimlich para salvarle la vida. Desde entonces, y no es de extrañar, la actriz confiesa que su compañero irlandés es una de sus favoritas del mundo.