La nueva serie de Dragon Ball desata la polémica tras el estreno de su quinto episodio en Japón y no es para menos, ya que la calidad de los dibujos y las animaciones eran pésimas.
Este bajón de calidad solo se detecta en Goku en el momento que comienza el combate contra Bills donde se puede apreciar el rostro deforme, trazos muy simplones y escasez de detalles. En definitiva un dibujo más bien propio de algún aficionado que el de un estudio profesional de animación.
Según Thomas Romain, animador francés que trabaja en la industria de la animación japonesa, la situación actual de la industria de la animación japonesa es grave con un ambiente de trabajo muy duro. Los animadores, tienen que trabajar muy rápidos y en varias producciones al mismo tiempo para poder vivir de su profesión, por lo que los resultados finales se resienten. Si la situación de los trabajadores mejoraran, también lo haría la calidad final del anime.
Los fans de Dragon Ball se han movilizado y han empezado una campaña de recogidas de firmas para que Toei Animation mejore el apartado visual de la serie en los próximos episodios. Si queréis apoyar la causa, sólo tenéis que entrar aquí.
Esperemos que a partir de ahora Toei Animation decida tomar otro rumbo con la serie y devolver la calidad que una serie de este calibre se merece.