Tras el apoteósico final del segundo capítulo de Gotham todo hacía indicar que tendríamos algo de paz, una nueva calma que preceda a una nueva tempestad. Pero hablamos de los Maniacos, y del espectácular Jerome, quien en apenas dos capítulos le ha sobrado para ganarse a todo el público, y que empiecen las comparaciones con Jack Nicholson, el difunto Heath Ledger, y hasta el propio Jared Leto el cual aun no hemos visto en acción. Una brillante y macabra interpretación de Cameron Monaghan, que es a día de hoy el rey absoluto de la serie.
Mientras, al otro lado de Gotham al margen del caos que reina en el cuerpo de policía, el joven Bruce Wayne, que cumpliendo la promesa con Alfred de volver a ser un chico normal de cara al público, a cambio de los Batman buscador de la verdad, acudirá a una gala benéfica que lejos de ser un aburrido acto de protocolo, volverá a ser el nuevo foco de atención de todas las miradas al convertirse en el nuevo espectáculo de Jerome y sus maníacos. Espectáculo en todos los sentidos al tratarse de un montaje realizado por su autentico líder, Theo Galavan, tratando de ganarse a la ciudadanía de Gotham al ser el héroe que acabe con el bufón.
Y nuevamente el final de Gotham nos deja boquiabiertos, el gran villano, el rey, el que cuya mera presencia cambió el significado y tonalidad de la serie, se esfumaba (o tal vez no). Nuevamente saltan las alarmas y los rumores y teorías de un posible Pingüino transformandose en Joker, o tal vez lo sea el propio Galavan, o tal vez ninguno, o quizá el Joker siga su destino y resurja de la muerte como si de un bidón de ácido se tratase. Sea como fuere, larga se va a hacer la semana hasta una nueva entrega de Gotham: Rise of the Villains.
to me cago en los guionostas de gotham se acaba de cargar al mejor joker posible felicidades por el retraso panda de descerebrados