Theo Galavan sigue escalando rápidamente al trono de Gotham, hasta tal punto, que el que hasta entonces había sido el rey de la ciudad tras varias jugadas maestras que eliminaron a la escoria de la ciudad, el Pingüino, no puede mas que rendirse a sus pies. Pero Oswald Cobblepot siempre tiene un par de ases bajo la manga.
Mientras, la nueva Fuerza de Asalto liderada por Gordon comienza a causar grandes estragos entre los criminales de Gotham. El último gran "golpe", atacando ni mas ni menos que a una de las mayores fuentes de ingreso del propio Pingüino, quien no tiene un sólo respiro viendo como le usurpan el trono, a la par que es castigado por la ley.
Un Pingüino que se verá obligado (de momento) a seguir colaborando con Galavan y hacer su trabajo sucio. Un nuevo quebradero de cabeza para el cuerpo de Policía de Gotham, que será la destrucción incendiaria de diversos edificios por toda la ciudad, con la colaboración los hermanos Pike, unos pirómanos expertos en la materia.
Unos edificios con un nexo común, Industrias Wayne es poseedora de todas ellas, y en el interior de una de ellas se encuentra un misterioso y antiguo cuchillo perteneciente a la familia del joven Bruce (ausente en el día de hoy). Es el cuchillo con el que comenzó la historia negra de dos familias, los Wayne, y los Dumas, quienes fueron eliminados del mapa y sus supervivientes obligados a cambiar de nombre a... Galvan.
Justo cuando parecía que el capítulo volvía a flojear, nos introducen de lleno en este trepidante Juego de Tronos de Gotham, que se remonta a los comienzos de la ciudad hace 200 años. En un lado, la familia Galavan, al otro lado del cuadrilatero, el ingenioso Pingüino, y en el epicentro, la familia Wayne y Jim Gordon que tratarán de deterner el caos que se cierne sobre Gotham.
Y ademas de todo ello, un nuevo misterio. ¿Quién es la nueva amenaza de Gotham, Bridgit Pike? ¿Y qué fue de aquel "gas de la risa" con la que Jerome infectó la ciudad?