[Review] El Ministerio del Tiempo 2x05: Un virus de otro tiempo
Ya augurábamos tiempos oscuros en El Ministerio del Tiempo desde que la semana pasada Susana Torres relevaba de su cargo a Salvador para auto nombrarse sub-secretaria del Ministerio. Y una semana tan solo le ha faltado para ponerlo todo patas arriba, poniendo en peligro la salud y las vidas no solo de los agentes, sino del planeta entero. Benditos sean los lunes, gracias al Ministerio del Tiempo.
Todo comienza con una misión de Irene, la cual la lleva al poblado de Sorromostro, en Barcelona, en 1918. La misión de ayudar a Micaela Amaya (Elena Furiase) a dar a luz a su hija, la legendaria bailaora y cantaora flamenca Carmen Amaya. Sin embargo, en dicha misión se contagia de uno de los virus mas peligrosos de nuestra historia, la gripe española, que arrasó con mas de 40 millones de vida en todo el mundo, y contagiando a casi un 60% de la población mundial. Sin embargo, en lugar de ser recluida y tratada en la época, Susana Torres ordena la horrible idea de que sea trasladada al presente. Como era de esperar, la historia se repite, y un fallo en la seguridad de los trajes provoca que el virus salga de la sellada enfermería, poniendo en peligro a todos los agentes del Ministerio del Tiempo. Rápidamente todas las puertas son selladas, los agentes de misión no podrán volver hasta nueva orden, y nadie podrá salir. Y todos son reunidos en el claustro en una escena que, como curiosidad, ha dado la oportunidad a docenas de Ministéricos y Ministéricas de participar en su idolatrada serie y ni más ni menos que en el papel de agentes del Ministerio.
Por fortuna, de todos los numerosos agentes solo unos pocos son los contagiados, entre ellos nuestro querido Alonso de Entrerríos, Diego Velázquez, y Germán el bedel. Pero podemos estar tranquilos que ningún personaje trascendental nos será arrebatado, que esto no es Juego de Tronos ni The Walking Dead, pero el enfermero que se contagió en primer lugar no correrá esa suerte, y si será la victima de este mortal virus.
Esta gripe española, provoca que todo se paralice en El Ministerio del Tiempo, lo que sin llegar a ser tedioso porqué todo lo que hace el Ministerio mola, y mucho, si hace que realmente no sucedan grandes cosas en este capítulo. Nos tienen acostumbrados a grandes idas y venidas, a meteduras de pata, a momentos épicos, a numerosos y continuos giros, y de nada de eso hemos podido disfrutar hoy dando a veces la sensación de que, por primera vez (y sin que sirva de precedente) nos encontrábamos ante un episodio de relleno. Pero la seguiremos queriendo igual aunque a veces baje un poquito esa media tan exageradamente alta que disfrutamos semana tras semana.
Sin embargo, esta parálisis si que nos ofrece cosas interesantes. Las altas fiebres y los delirios provocados por la gripe, hace que podamos conocer algunos detalles de las vidas pasadas de los agentes en cuarentena. Como los primeros pinitos de Diego Velázquez con la pintura, su duro entrenamiento cuando era joven, y su ingreso en la corte; la despedida de Germán de su padre enfermo mientras escuchan el retorno del Atleti a Primera División; o la despedida de Alonso de Enterríos de su amor Blanca cuando apenas son unos niños, y su posterior reencuentro ya de adultos con el final que todos conocemos
Y tampoco hay mal que por bien no venga, al menos para algunos, ya que tras las grandes catástrofes siempre los hay que intentar sacar buena tajada de ello, como es el caso del Doctor Vargas, encargado de la enfermería y máximo responsable de calmar esta lamentable situación. El Ministerio del Tiempo está lleno de topos, que si no entran, se crean en según que circunstancias, y un poderoso virus como es la gripe española es algo muy jugoso en los mercados farmacéuticos. Por suerte no hay nada que se le escape a Pacino, y descubre todo el pastel para, junto a Amelia, escapar del Ministerio y buscar el virus ya en manos de una empresa alemana, la cual ya quiso investigarlo pero sin éxito hace un siglo. Consiguen dar con él y matar el virus aprovechando su debilidad a la temperaturas extremas como es una simple calefacción alta. Una situación que provocará que a ellos también les suba la temperatura, y con un final esperado por todos, menos por la propia e inocente Amelia.
Con el virus destruido, y los infectados mejorando con el paso de las horas, la normalidad se instaura en El Ministerio del Tiempo. Los agentes de misión pueden volver a nuestro presente, y los retenidos pueden volver a sus respectivas misiones, como la de salvar la Feria de Abril de Sevilla del 91 en un año tan importante como el previo a la Exposición Universal.
Sin embargo, es hora que Susana Torres acepte sus responsabilidades por el grave peligro al que ha sometido al Ministerio. Porqué ademas Salvador tampoco se va a rendir tan fácilmente.
Este Ministerio engancha como una droga.