El inicio de un fin. Así podría titularse cada uno de los dos últimos episodios de las temporadas de The Walking Dead, una nueva oda al reinicio que alienta una ola que llegará a la orilla en la season finale con un momento atronador, quizás el más esperado desde que comenzó la serie: la temible llegada de Negan. Quizás me esté colando y el fan esté dejándose caer por estas líneas, pero es inevitable cuando estamos a sólo siete días de verlos. A él y a ella.
Ya ha aparecido en un tráiler, de espaldas, pero con un aura de semidios que hace temblar, sobre todo cuando encontramos en las imágenes a Lucille, su fiel compañera de batallas. Pero ya llegará, nosotros mientras nos contentamos con los dilemas morales de Morgan, Rick, Carol y Daryl, que protagonizan este decimoquinto episodio en una espiral de malas decisiones hasta encontrarse, de nuevo en el bosque, con Los Salvadores, muy original.
Y todo proviene del country. Ese "it's all over" (todo está acabado) que suena repetidas veces mientras Carol deja Alexandria en la madrugada desata un collage de momentos que combinan la sonrisa con el desengaño previo a cada final, malas noticias a punto de estallar, en este caso con guiños constantes a las parejas: Carol y Tobin, Rick y Michonne, Sasha y Abraham con Rosita presente y la más pretenciosa de todas, Glenn y Maggie en la ducha.
Si queremos ver cartas marcadas lo tenemos fácil, desde el nuevo engaño final con uno de los personajes fundamentales (el que piense que de verdad está muerto que recuerde el episodio de Glenn), la supuesta despedida en la ducha, el recuerdo de la cadena de favores de Morgan y su "toda vida es preciada", un desencadenante que explota en el momento álgido para devolver la moralidad a un Morgan hasta ahora desaparecido en la segunda parte de la temporada.
El sino es fácil, una vuelta al "Todos podemos cambiar" que en su día Rick le soltó al gobernador y que ahora le achaca Morgan tras suponerle que gracias a él la vida de su hijo está a salvo, algo cuestionable si entendemos que fue el propio lobo el que puso en peligro a Denise. Permitiendo la teoría Rick se endulza, vuelve atrás, deja caminar al otrora lobo solitario y sigue adelante. Por cierto, alguien nombró a Judith sin que aparezca, chupito.
La fuerza de las dos últimas escenas marcan un final de acontecimientos trágicos que en este caso vuelve a jugar con el espectador, una premisa engañosa que deja abierta la posibilidad de saber qué sucede realmente tras ese disparo. Alguien intercede, le da en el hombro, la sangre no es suya...lo que sí está claro es que más allá de suposiciones deja en vilo a pesar de que TODOS debemos entender que así es imposible que la ficción mate a uno de los personajes con más importancia, por lo que nadie debe dudar de que está vivo y seguirá dando guerra al menos un episodio más.
Eso sí, el disparo se queda en poco más que cenizas comparado con la profundidad que supone la escena de Maggie, un vuelco al completo que nos hace recordar de dónde viene el virus, a quién y cómo afecta y el por qué de todo lo que supone traer a un bebé al mundo. De Lori a Maggie, un buen titular que podría esclarecer que en este nuevo mundo los muertos vivientes llegan con antelación. Un corte de pelo con mala suerte, algo hiciste a destiempo Enid.
Es el capítulo 15...