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[Review] The Walking Dead 7x01: 'Llegará el día en el que no estés'

Periodista. Sevillano, cinéfilo y retrogamer.

Negan ha cambiado The Walking Dead, no hay negociación al respecto. El inicio de la séptima temporada de la serie tenía en el aire la muerte de uno de sus personajes más carismáticos y la conclusión de este nuevo inicio es esperanzadora, al menos yo lo veo así analizando lo que nos queda por ver, porque como espectador neutral fuera de análisis el episodio es para temblar y ponerse en la piel del grupo, allí, de rodillas, mirando a Lucille de reojo sin poder casi respirar.

Lo sea o no, Negan está construido para ser odiado e igualarse a los villanos más crueles de la historia de la televisión y el juego que proponen sus ideas y su humor han destrozado en dos episodios a casi todos los que han intentado enfrentarse a Rick y compañía en las seis temporadas anteriores. Y luego está el homenaje al cómic, porque vaya retahíla.

Ya cansa decir lo mismo tras cada muerte, pero el spoiler es parte de la sabiduría popular en una review, por lo que si lees esto quizás estarás todavía replanteándote por qué y cómo. Es fácil, The Walking Dead se está haciendo mayor al ritmo de Carl y la figura de Negan muestra que todos los defectos de la serie pueden ser resumidos e un episodio perpetuado en la tensión, el odio, la muerte y el humor, todo cerrado en dos localizaciones, una auténtica genialidad para aguantar 43 minutos sin pestañear. Y luego volverlo a ver.

Aunque la fuerza la tome Negan, el plano eterno de los ojos de Rick planea la transición que al final del capítulo se muestra, un auténtico líder que sólo se desmorona en la soledad a pesar de las muertes de sus compañeros, pero que termina cayendo. El "te voy a matar" termina siendo un "no me mates" impronunciado ante el oscuro juego de Lucille.

El bate vampiro estaba sediento y Daryl, tenía que ser él, rompió las reglas para desatar la tormenta esperada más allá de la inicial. Sí joder, sí, Abraham y Glenn, que parecía imposible escribirlo. A cada cuál más sangriento, con más morbo y de manera majestuosa, sobre todo la muerte del segundo, equiparando página del cómic con frames de la serie, una genialidad que no todos han sido capaz de aguantar.

Si ya de por sí la presentación de Negan en el cierre de la sexta temporada lo hacía inalcanzable, ahora es más oscuro aún (por no hablar de nuestro amigo Simon AKA Trevor) y esto sólo es el principio.

La historia de Glenn es imposible contarla sin atragantarse. Ese "Maggie te encontraré" es un último grito inconsciente a toda la historia por la que ambos han pasado, en la que siempre se separaban hasta encontrarse, una mirada perdida que se pierde en el hijo que nunca conocerá, pero que como Rick alienta, queda en familia.

La imagen es espantosa y de hecho los propios discípulos de Negan le hacen una foto al Glenn destrozado, un guiño al propio personaje que en la sexta temporada vio fotos de cabezas destrozadas alimentando lo que sería su desgraciado futuro.

Pero la historia de Glenn la ha escrito Daryl y ese peso caerá en la trama que ahora debe desenvolverse, porque su acción, si podéis volver a ver la escena, le deja aniquilado como pocas veces se le ha visto en toda la serie (quizás cuando apareció ante él el Merle zombie). Ese Daryl enjaulado en la camioneta, su futuro encuentro con Maggie, su encierro ensimismado en la muerte de un amigo...sin duda este inicio deja demasiada sangre por limpiar.

Abraham en cambio murió como un héroe. Salvó al grupo tal y como quería. Con él, por feo que parezca, quedamos libre de un secreto que había durado demasiado y que en cierto modo parecía previsible, pero la sorpresa posterior eliminó cualquier rastro de epicidad para todo aquel espectador que se sintiese tranquilo por acertar.

El pelirrojo además dejó varios gestos, ya no es sólo su frase final para abandonar la serie y enfrentarse a Negan, es su guiño al morir haciendo con la mano un gesto positivo hacia Sasha (que estaba a su izquierda) en pos de ese amor que quedará encerrado en lo poco que s enos mostró de ellos en la sexta temporada.

Al parecer The Walking Dead ha encontrado al villano para realmente amedrentar a Rick después de todo lo que le ha hecho a él y a los suyos y el viaje, las dos muertes, las pistolas en la nuca de sus compañeros y la última propuesta con el hacha mostraron por primera vez cómo Rick se cae, rompe por dentro hasta convertirse en un discípulo sumiso de no sabe quién. Inmejorable Andrew Lincoln.

Su relevo lo toma Carl, que aparenta estar en un segundo plano pero siempre es protagonista a los ojos de Rick y de Negan. La séptima será su temporada y ya en este inicio ha demostrado que las lágrimas, a pesar del peor augurio de lo que queda de mundo, no es lo suyo. Ese "just do it" que le suelta al padre cuando está a punto de perder su brazo, la mirada con la que desprecia a Negan auguran que su protagonismo será esencial en lo que queda por llegar.

Y el final...simplemente desgarrador. El zombie vuelve a ser ese sinsabor que nunca dejas pasar, un símbolo más de que el problema dejaron de ser los muertos vivientes hace mucho tiempo, de que la sangre mandará en la etapa Negan y, por supuesto, de un universo en el que todo va quedando atrás.

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