Si algo nos ha enseñado Once upon a time, también conocida aquí como Érase una vez, es que no hay que perder la esperanza y hay que creer que todo es posible. Pues bien, nunca han estado más en lo cierto y es que cuando habíamos perdido toda fe en la serie - ya sea a lo largo de las temporadas o tras las despedidas que se acercaban -, la serie de Adam Horowitz y Edward Kitsis nos ha sorprendido en los últimos tres episodios. Por supuesto, no siempre llueve a gusto de todos y esto es la opinión de una servidora, pero quiero creer que no estoy lejos de la realidad.
El capítulo de la semana pasada, el musical, a pesar de llegar bajo un pretexto algo pobre, se podría decir que se desarrolló sin ningún problema llevándonos a un desenlace que conectaba muy bien con la trama de los anteriores y posteriores capítulos, y regalándonos un momento importante en la serie como era el de la boda de su protagonista, Emma Swan (Jennifer Morrison) con Killian Jones/Hook (Colin O'Donoghue). Supieron sacarle partido a las impresionantes dotes musicales del cast de la serie y crear unas canciones muy pegadizas, perfectas para cada personaje y, sobretodo, muy de cuento, muy de Disney que es lo que todos buscábamos.
¿Qué nos esperaban en los dos últimos episodios de la temporada? El domingo la serie emitió por partida doble, algo que en otras ocasiones se había hecho algo pesado pero que esta vez se pasó volando. Un doble episodio que no solo cerraba la trama principal de la sexta temporada, sino que hubiera sido el desenlace perfecto para la serie. Jamás pensé que podrían hacerlo también, pero lo consiguieron.. sin embargo aquí estamos, esperando otra temporada más.
El Hada Negra (Jaime Murray) parecía ser el único obstáculo para que los personajes alcanzaran la felicidad; una maldición sumía en el olvido a La Salvadora y exiliaba a sus mundos de cuento al resto de personajes que esperaban la destrucción de los mismos; todo dependía de Henry (Jared Gilmore) devolviéndole así un papel muy similar al que tenía cuando la serie se estrenó hace 6 años - algo que se agradece -. Tras muchos intentos en hacer recordar a su madre, y viendo paralelamente como se desmoronaban las tierras mágicas ante la mirada impotente de Regina (Lana Parrilla), Zelena (Rebecca Mader), Snow (Ginnifer Goodwin), David (Josh Dallas) y un Hook que busca ante todo volver con su ahora esposa, Emma por fin se da cuenta de que debe creer a su hijo, no a lo que dice, sino a su hijo.
Todo parece encauzarse de nuevo y la batalla entre el bien y el mal se acontece. Los dos tienen mucho que perder, y mucho que ganar pero nada parece ser la solución correcta, pues nada los hace completamente buenos o malos. Es el luchar por aquellos que se quiere, por creer en la esperanza por lo que Emma gana "la batalla final". No hay bien ni mal. Los "comienzos felices" de los personajes llegan, por fin. No saben lo que les aguardará el futuro, pero están dispuestos a conocerlo.
Todos los personajes principales de la serie consiguen su felicidad en la serie; los que siempre lo han buscado a base de buenas acciones y también los villanos redimidos. Debo admitir que ahora entiendo mejor por qué los showrunners de la serie van a prescindir de algunos personajes en la siguiente temporada, y es que entiendo perfectamente tal y como han terminado en este episodio, que no tengan más que contar. Si no lo sabéis, seis de los protagonistas nos dicen adios, conoce quienes son.
¿Por qué los personajes de Hook, Regina y Rumple si vuelven? Eso es aún un misterio. No podemos imaginar más allá de que prestarán su ayuda a Henry a recordar.. ¿a recordar? ¡Sí! ¡Se me olvida lo más importante! El final del episodio nos llevaba de vuelta con una niña que aparecía en los primeros minutos del mismo, siendo enviada por su padre lejos como cuidadora del famoso libro de cuentos que tanto conocemos. No sabíamos quién era ella, o su padre.. hasta el último episodio en el que conocemos su identidad.. es la hija de Henry, ¡nuestro Henry! ¡Ahora adulto! El capítulo terminada de la misma manera que comenzaba el piloto. (Como dato curioso, el número de la puerta de Henry '815' es la hora en la que estaba parado el reloj de StoryBrooke cuando llegaron). Un reset de la serie es lo que nos espera para la séptima temporada.
Una temporada que pasará a emitirse en la ABC los viernesen lugar de los domingos como todos estos años. Esto solo puede significar que esta sea la última temporada (ojalá) o que tiene tan poco audiencia, o saben que la va a tener que han querido prevenir antes de curar.
No se qué pasará en la siguiente temporada, o qué personajes veremos. Se rumorea que los personajes que ya conocemos estarán bajo otra maldición del olvido y tendrán otras identidades hasta recordar las suyas. También que la madre de la hija de Henry será alguien muy especial ¿Será princesa Elena de Avalor? ¿O Vaiana? ¿Veremos a Pocahontas, Simba o Tarzán? ¿Volveremos a ver caras conocidas de otras temporadas? ¿Storybrooke seguirá presente o será otra ciudad o el Bosque Encantado?
Muchos son los interrogantes que rodean la séptima temporada que se estrenará en otoño. Crucemos los dedos para que no tenga que arrepentirme de no haberla dejado tras estos magníficos capítulos finales que me han recordado por qué veía la serie, por qué me llamó su historia, sus personajes y su magia en el episodio piloto a pesar de saber que no era especialmente buena.