*este artículo contiene spoilers*
Mañana se produce un hecho inédito, y es que Netflix estrena una serie un día que no sea el viernes. Sí es verdad que series como Sherlock (2010-) o Between (2015-) han emitido en otros días, pero eso era distinto, ya que lo que hacían era subir los nuevos episodios semanalmente. Lo que va a pasar mañana es que el gigante del streaming estrena una de sus series al completo, la marca de la casa, un martes. Y dicha serie tenía que ser la imponente House of cards (2013-), primera original 100% de Netflix, y su segundo estreno tras la co-producción Lilyhammer (2012-2014), y que quizá esté abriendo el camino a una nueva costumbre de emisión, ya que Netflix tiene tantas series en la actualidad en parrilla que los viernes se le están quedando cortos, ya que se acumulan estrenos y no reciben el tiempo y la atención pretendida.
Ante el estreno de la 5ª temporada de House of cards, se ofrece a continuación un listado de 5 razones para esperar el día de mañana con ganas, ya que la galardonada serie de Netflix todavía tiene, a tenor de su tráiler, mucha energía y ganas de incordiar.
1) Los Underwood. Claire y Francis Underwood son el átomo político por excelencia, una pareja de verdaderos iguales que trabajan al unísono para amasar más y más poder. Su ambición desmedida (Underwood 2020, 2024, 2028...) no entiende de género, y verlos existir en el mundo es una experiencia fascinante y verdaderamente rara en televisión y cine. Si además les dan vida los ganadores del Globo de Oro Robin Wright y Kevin Spacey, pues se termina de combinar una escritura primorosa con interpretaciones intachables.
2) La curiosidad. Para el seriéfilo esta temporada tiene un riesgo, y es que es la primera sin el creador Beau Willimon al mando, ya que dejó House of cards tras cuatro tandas y con el listón bastante alto, aunque la calidad se hubiera resentido un poco. Que el nuevo dúo de showrunners Melissa James Gibson y Frank Pugliese tienen una tarea complicada es cierto, pero el espectador afronta este nuevo rumbo con curiosidad. Tanto para bien como para mal. Si además la temporada anterior se despidió con un imponente cliffhanger, pues mayor es por saber cómo se resuelve.
3) Los posibles paralelismos con la presidencia de Donald Trump. El tráiler y las recientes declaraciones de Robin Wright hacen pensar que tener un presidente tan polémico como Trump podría ser emulado en esta temporada, pero habrá que esperar a mañana para saberlo. El arriba firmante cree que cualquier posible referencia será más bien una cruel burla, pero que más bien se obviará el asunto porque las comparaciones son odiosas.
4) La valentía de la serie. Con un sosias de Vladimir Putlin llamado Viktor Petrov y explícitas descripciones de las relaciones de Estados Unidos con China o el terrorismo de Oriente Medio, los responsables de House of cards no temen llamar a las cosas por su nombre, ni criticar la política de su país ni los amorales recovecos que se necesitan para mantener el poder. Y eso como espectador es siempre atractivo.
5) La calidad de su apuesta visual. Cuando el cineasta David Fincher dirigió los dos primeros episodios de House of cards, estableció como regla visual que la cámara nunca se moviera de su punto de apoyo, solo en travelling o sobre su propio eje -aunque se incumplió una vez con sabiduría-. Eso, unido a que la mayoría de sus primeros directores venían del cine y que Netflix está dispuesta a invertir generosamente, hacen que la serie tenga una decidida apuesta cinematográfica en su look y narrativa. Una que la hace muy agradable de contemplar, lo cual siempre mejora la experiencia.