Desde que se filtraran los cuatro primeros episodios de la 5ª temporada de Juego de tronos (2011-), y sin haberse podido encontrar al culpable por la gran cantidad de sospechosos, HBO decidió no enviar los episodios antes de su estreno. Y es que es costumbre que la prensa digital y escrita reciba con días de antelación copias de los episodios de las series para poder tener listas críticas o comentarios para los medios horas después del estreno. Esta costumbre, que algunas series como Twin Peaks (2017) o determinados episodios de otras (principios y finales de temporada) no siguen, beneficia a ambas partes, pero en una serie como Juego de tronos se puede ver como innecesaria.
El beneficio radica en que los medios obtienen visitas y ventas y las cadenas un aumento de espectadores ante la anticipación que se crea, pero los seguidores de Juego de tronos la van a ver igualmente, aunque los que lo consumen ilegalmente puedan resentir la ahora imposibilidad de filtraciones. Pero esto es HBO, no Netflix o Amazon, y los capítulos se ven semanalmente. Es hasta curioso ver cómo esa prensa ya acostumbrada al pase previo ahora debe ver la serie como el resto de espectadores (el 16 de julio en esta ocasión), y trabajar a toda velocidad para que las críticas estén hechas lo antes posible. La batalla por los clicks.
Algunos podrían criticar la actitud de HBO e instarles simplemente a mejorar el sistema de pases previos, pero se entiende que la cadena haya tomado una decisión así con lo que en última instancia en su proyecto más preciado. Con lo duro que trabajan en mantener los secretos de Juego de tronos bajo llave, aunque el factor humano sea difícil de controlar, no quieren riesgos que en realidad no tienen que asumir. La publicidad extra no les hace tanta falta aquí.