El clímax es eso que desaparece al instante cuando te enteras de que David Benioff y D.B. Weiss estrenan este viernes su primera serie en Netflix tras llevar el peso de Juego de Tronos...y no es que no haya dragones ni ciencia ficción, es que La Directora simplemente es una comedia protagonizada por Sandra Oh.
Y líbrenme del mal, amén. No quisiera para mí la misma toxicidad con la que salieron Benioff y Weiss de GOT por esas últimas temporadas, pero comenzar un contrato millonario con Netflix con una serie de seis episodios en tono cómico te aleja de la epicidad, que no del éxito.
El viaje del antihéroe en los dos casos tiene dimensiones épicas, porque no solo fue el hate de las dos últimas temporadas de la ficción de HBO, sino el recorrido hasta firmar por Disney para hacer la nueva trilogía de Star Wars y el desencuentro posterior por razones desconocidas (el hate, la nula libertad en el proceso y la oferta de Disney).
Sandra Oh le caía bien a todo el mundo en Anatomía de Grey, luego fue capaz de modular un personaje más que interesante en la primera temporada y parte de la segunda de Killing Eve, pero de ahí a mostrar un amor irrefrenable por una comedia tras hacer algo tan impactante como Juego de Tronos hay multiversos de distancia.
Y ojo, La Directora no pinta mal. Estará muy lejos de ser Succession o Big Little Lies, pero tampoco jugará a ello ya que solo hay que ver el tráiler para desentrañar una sátira centrada en las excentricidades del personaje de Oh al llegar como directora a una prestigiosa universidad.
En esa búsqueda del entretenimiento vacuo La Directora puede caer de pie aunque solo sean seis episodios, pero llámenme loco, de los creadores de Juego de Tronos me esperaba algo capaz de estrujarme el cerebro aunque solo sea en el planteamiento. Porque uno compara y este mismo viernes Nicole Kidman llega con Nine Perfect Strangers a HBO, un thriller de los creadores de Big Little Lies y The Undoing. Que cada cual elija su propia aventura.