El culmen de una ficción como La casa de papel parte de los guionistas para satisfacer, atrapar o engañar a los millones de espectadores con miles de preguntas y respuestas en el aire después de las cinco temporadas, pero nos quedamos con la más jugosa después de un par de giros de guión del cierre: ¿quién es el verdadero villano de la serie de Netflix? (alerta spoilers).
José Manuel Poga es uno de los bichos escénicos que mejor aprovecha sus escenas en la ficción de Netflix, principalmente por amarrar a su personaje hasta abrazar esa rabia expresada con mil heridas pero también por ser el causante de los momentos más duros para los personajes principales.
Su choque con Nairobi y el final de Tokio le hacen ser directa e indirectamente el gran responsable de la marcha de dos de los personajes más queridos por el público y, más allá de la interpretación, es sin duda uno de los más odiados por el público. Los méritos para el Poga por sacarle todo el partido al papel, y sobre todo, por comerse la escena cuando el foco siempre está puesto en los monos rojos.
Con sólo una escena le vale a Arturito en el último acto para retomar el odio infinito de una gran parte de la comunidad hacia él, aunque sin duda no deja de ser un alma frustrada capaz de llegar a lo más oculto por elevar su propia imagen. Arturo pudo ser villano o quizás un reflejo, pero a día de hoy no es más que eso, un humo al que le faltaba algún trazo más para saber cómo se cierra ese abuso sexual presente en la penúltima temporada.
La construcción de personajes en La casa de papel es uno de los grandes secretos de la serie más allá de la iconografía propia de la ficción y de la unión de los protagonistas, una bomba que en Sierra genera algunas dudas con respecto a las decisiones del último acto. A pesar de estar en una situación límite que vale como excusa para sus giros constantes, su pasado la enfrenta a la banda hasta el último segundo.
Con el happy ending se pueden olvidar muchos detalles en la construcción de una inspectora inhumana capaz de torturar a Río, un shock con el que se presenta uno de los personajes más atractivos por el poder de atracción de Nawja Nimri, soberbia en cada una de sus escenas.
El Profesor
La teoría capaz de levantar este texto se centra precisamente en elegir al profesor como el villano único de La casa de papel, el epicentro de la serie, de los atracos y de un cierre que cambia por completo la percepción hacia su.historia, porque el profesor no ha dejado de ser ese tipo capaz de entregarse antes de evitar un chorreo masivo de sangre, pero sí escondía algo más.
Su confesión de decidirse a hacer el atraco sólo 24 horas después de acabar el primero y la convicción para hacerlo elevan su ego mucho más allá de la intención de salvar a Río, porque convence a todos sus compañeros de viaje para hacer algo que sólo necesita para él mismo, un atraco para poder hablar con su padre y para continuar con la estirpe familiar.
Es duro tomar consciencia de ese giro de guión, y quizás con perspectiva se entienda mucho mejor, pero la realidad es que en el cierre el propio profesor aclara que aunque han perdido a algunos compañeros (Tokio y Nairobi en el último baile), tienen lo importante. El maldito dinero, sus vidas y la certeza de que tanto él como sus hijos seguirán haciendo atracos. ¿Es de verdad un final feliz? ¿Ganan los buenos?
Ese velo alrededor del cierre deja una explicación de tanto flash back con la familia como epicentro total sobre el que se mueven la mayoría de los personajes de la serie, pero girar tanto con el profesor hasta darle ese carácter no sólo convierte en épico el final, sino que le da un rasgo oscuro que sólo refleja esa escena impropia de él como el disparo a Sierra.
Los memes podrían tildar a Tamayo como el verdadero villano de la quinta temporada, pero eso sería agigantar un chiste por el alivio cómico que se propone con el personaje más allá de su verdadera identidad, porque precisamente por su inocencia se permite un final feliz ante una negociación forzada hasta dejarlos a todos vivos, porque si alguien considera Tamayo como el villano de La casa de papel, quizás debería volver a ver la serie.