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Opinión | Marta y María: se vaya quien se vaya, quien pierde es el 24 horas

Marta y María están en la cuerda floja esta semana. Las nominaciones de la pasada gala han vuelto a poner a la malagueña en manos del público, por segunda semana consecutiva en la que es su tercera nominación. La madrileña, por su parte, se enfrenta al juicio del público por primera vez después de haber sido salvada en varias ocasiones por sus compañeros.

Ambas han escogido sus mejores armas para defenderse, y sea cual sea el resultado, seguro que van a triunfarlo en la gala. Hay ocasiones en las que se declara un justo ganador cuando Roberto da el veredicto; en este caso, solo sabemos quien va a ser el perdedor: el público del 24 horas.

En una edición en la que los concursantes conviven sin tantos momentos llamativos o realmente extraordinario, existen dos personas dentro de esa Academia que nos están dando momentazos. Ellas son, obviamente, Marta y María.

Por un lado, Marta y su carácter la hacen ser imprescindible en esa casa. Sus anécdotas y su sentido del humor la han transformado en una de las personalidades más queridas. Pese a su falta de “química” con la gente -véase química de carácter romántico que propicie ruido en Redes Sociales- y a no ser la concursante tipo que genera contenido -como pudo ser Dave y las peras-, Marta no ha dejado de generar contenido. Ha demostrado que se puede ser icónica siendo natural, sin necesidad de ser conflictiva, apostando por el humor. Una concursante que no deja de trabajar e intentar superarse, que aúna lo mejor del espíritu de Operación Triunfo sin lo peor del concepto reality. Si se va Marta, el 24 horas perderá chispa.

Por otro lado, si se marcha María estaríamos en la misma situación: perdiendo interés por ver a los triunfitos durante 24 horas. Macarra, deslenguada y genuina como ella sola, María se ha convertido por derecho propio en la concursante más reconocible de OT2018. El desparpajo con el que se enfrenta a los retos, lo arriesgado de su estilo musical y su voluntad de trabajo son también cualidades muy destacables. Sin embargo, en cuanto a contenido que nos da, lo mejor es su actitud. María es una tipa malhablada que no se disculpa por ser como es, y en una edición en la que la mayoría va con pies de plomo por cómo se les estará viendo fuera, resulta refrescante. Sus momentos de ternura con sus compañeras equilibran a la perfección su imagen pública.

Sin Dave, Noelia o Marilia la Academia se queda falta de personalidades llamativas y únicas. Esto no quiere decir que se deba desmerecer el resto, Julia y sus bromas son un ejemplo de lo divertido que puede ser el 24 horas, pero sí es cierto que tienen un perfil mucho menos televisivo. Son personas más cautas y reservadas, algo completamente respetable y para nada criticable, pero en comparación con Marta y María poseen un perfil más bajo y menos llamativo. Una pena que perdamos a una de las dos el próximo miércoles.

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