Operación Triunfo 2020 sin discográfica y sus aspirantes en la cuerda floja
Son muchos los cambios que Operación Triunfo 2020 ha introducido en su dinámica; este domingo podremos disfrutar su Gala 0 en la que 30 aspirantes intentarán luchar por una de las 16 plazas que oferta la academia. 16 futuros artistas que podrían lanzar su carrera al final del programa o ser completamente olvidados. Siempre ha sido la realidad, pero ahora aún más.
Universal Music ya no avalará Operación Triunfo, la discográfica ya no se encontrará al final (o al principio, depende de cómo se vea) del camino de cada concursante. Cada semana, la discográfica que lo desee, podrá apostar por uno de los dieciséis. ¿Beneficia o afecta esto a los triunfitos? Podemos verlo de ambas maneras.
Hasta ahora, todos y cada uno de los concursantes de las pasadas ediciones ha sacado al menos un single al mercado. La discográfica se encargaba de hacerlo acorde no al artista, sino al público. Si fulanito gustaba más, toda la promoción y presupuesto iba destinado a él, dejando a menganito con las sobras.
Un caso muy evidente de esto lo encontramos en Thalia Garrido, tercera expulsada de Operación Triunfo 2017. La joven extremeña no contaba con una oleada de fans, y la discográfica lo sabía, por lo que en su videoclip Quien quiero ser vemos no solo una falta de esfuerzo visual y escenográfico, sino que la base y la voz de la artista no coinciden. Está totalmente desafinada en una canción, supuestamente, tratada digitalmente. Y a sus representantes les dio igual. Thalia no importaba.
El que una única discográfica lleve a todos estos cantantes, significa que hay cierto estilo que se impone sobre ellos. Ciertas exigencias artísticas en pos del triunfo que acaban marcando su primer single y por tanto su (casi) primer contacto con el público. A veces se les da algo de libertad.. si lo que quieren hacer vende.
Muy distinto son los estilos de Aitana, Lola Indigo, Alfred García, Miriam Rodriguez, Cepeda o Amaia, la ganadora de OT2017. Tampoco tiene nada que ver lo que han hecho Natalia Lacunza, Miki Nuñez, Alba Reche o Julia Medina los cuatro que más han despuntado de los ya casi olvidados concursantes de OT2018.
Pero hay concursantes con registros y estilos que no casan con todo el mundo y la industria les hace cambiar para vender, pero no venden. La potencia de voz de Famous, ganador de OT2018, no sale a la luz en ningún momento su single; tampoco se luce en su estilo la malagueña Mireya Bravo que parece haber vuelto a las pasarelas.
Sin una discográfica monopolizadora, otras más pequeñas podrán apostar por cada artista en su estilo. Y eso es algo bueno, muy bueno. ¿Y cual es la pega? Al margen de estilos, si un aspirante no despierta interés del público, no va a conseguir contrato en ningún lado; su paso por el programa será totalmente anecdótico y volverá al lugar de dónde ha salido.
En la entrevista del día de ayer, se confirmó que esta nueva edición ha buscado "futuros artistas demandados por el consumidor, con un perfil 360 y un discurso y una motivación definidos". Es decir, han buscado lo que gusta a la gente, los que producen salseo, los que quedan bien en sus cuentas de Instagram.. Y si te han cogido por casualidad y no eres de eso, cúrratelo, si vendes tienes contrato.