La situación en torno a la figura de Anil Murthy, presidente del Valencia CF ha entrado en una deriva complicada y difícilmente reconducible. Afición y goles deben ser los pilares de cualquier presidente. Sin uno de ellos, ni el dinero de Peter Lim puede salvar la fragmentación social existente, será cuestión de tiempo, pero este clima es irrespirable y amenaza con ir in crescendo como alguien no lo reconduzca de forma inmediata y ahí el presidente debe dar un paso al frente. De fondo, por desgracia, siempre queda el nombre del club mancillado y eso, aunque no sea solo culpa suya, es intolerable para un mandatario. Cien años de historia son un legado que hay que honrar y respetar siempre. Mandar callar a la afición aunque sea para pedir calma es inadmisible.
Reflexionando poco después de que acabara el partido este sábado en en Mestalla llegué a la conclusión de que, a pesar de la victoria, lo que veo alrededor del campo, en el palco y en la calle no me gusta, me hace arrugar el gesto. El Valencia CF y su entorno transmiten crispación, enfrentamiento, interinidad y frustración y eso no es el fútbol: el deporte rey debe ser ilusión y pasión.
Anil Murthy, en definitiva Peter Lim, se están quedando sin respaldo social porque no saben escuchar a su afición. A veces admitir que nos equivocamos y dar un paso atrás nos permite avanzar cinco más.
Son muchos años de profesión los que me contemplan y, pese a todo, debo ser muy novato porque todavía no he entendido a quién beneficia este clima de tensión que se vive en el Valencia desde este verano. Y buena parte de él, generado desde el entorno de Peter Lim. En los últimos días la situación no hecho más que empeorar. El presidente Anil Murthy ha sido el foco de las críticas de Cañizares.Después llegó el twitter, los comunicados y los gestos en el estadio... La situación ya se pasa de castaño oscuro. Dicho esto, nada justifica los insultos, ni las amenazas en su teléfono por supuesto y ahí no hay peros que valgan.
Hay que tener un punto de responsabilidad social elevado cuando uno se sienta en el sillón presidencial de una sociedad como la del Valencia CF. No todo vale. Muchas de las cosas que hace el presidente no contribuyen a generar paz social entre una afición que él dice que "respeta al máximo". No se da cuenta, Anil, que la gente no protesta por gusto ni se manifiesta por llevarle la contraria a un máximo accionista de Singapur, lo hace porque no le no le gusta lo que ve. Cada vez hay más aficionados que no son felices con lo que observan con su club y no se les puede mandar callar aunque sea para dirigirlos.
Todos, al menos la mayoría, aceptamos que Peter Lim es el máximo accionista del club y eso le da margen de maniobra y libertad para hacer casi lo que quiera, pero como todo en la vida hay límites. En un club de fútbol, por muy propietario mayoritario que seas, hay dos ítems insalvables: Los resultados deportivos y la opinión pública de la afición. Sin ellos no se puede vivir, no se puede sobrevivir.
En un club de fútbol, por muy máximo accionista que seas, hay dos ítems insalvables: Los resultados deportivos y la opinión pública de la afición de ese equipo. Si uno de los dos se cae, tienes fecha de caducidad
Si el equipo pierde todo va mal; si la afición te da la espalda todo va mal. De ahí que no se pueda estar constantemente contribuyendo a generar un clima irrespirable. Hay que pararlo ya. Esta situación no le beneficia a nadie ni a Peter Lim ni al Valencia ni a su afición ni tan siquiera a Anil Murthy, que ha recibido amenazas en su móvil (otro límite y este muy peligroso sobre pasado).
De verdad no creo en blancos y negros, buenos o malos, pero lo de Cañizares está fuera de lugar. Hay que saber que hay cosas líneas rojas que que no se pueden pasar. Para mí en este tema que el asunto esté paralizado vetado o bloqueado es una cuestión de matices. Habría que haberlo solucionado antes de que estallara. Tragarse el amor propio en algunos casos es un ejercicio de responsabilidad necesario. Es como lo de bloquear seguidores en Twitter, la democracia está por encima de cualquier cosa, y si lo que te dicen es constitutivo de delito, pues se denuncia a la policía como ha hecho el presidente con su móvil. Ahí sí le alabo el gusto.
Como periodista, como persona, como aficionado del Valencia, vivo en una situación incómoda. No me gusta lo que veo ni el clima que se respira y solo pueden rebajar la tensión el presidente o el máximo accionista con empatía. Poniéndose en la piel del aficionado que quiere, como ellos, lo mejor para el Valencia. No sé si la situación de fractura social es reconducible. Hay mucho cabreo en el ambiente. Lo que tengo claro es que Anil Murthy, en definitiva Peter Lim, se está quedando sin respaldo social porque no sabe escuchar a su afición. A veces admitir que nos equivocamos y dar un paso atrás nos permite avanzar cinco más.
Explicar por qué se hacen las cosas, por qué destituyeron a Marcelino, por qué se paralizó la ayuda "Al sueño de Vicky", por qué la pérdida de confianza de Mateu Alemany y cosas similares, acercarían a Meriton a su afición. La hinchada, que nadie lo olvide, lo que quiere por encima de todo es que su equipo gane y lo haga con goles y le da igual que sean de un singapurés, un surcoreano o un valenciano. El Valencia Club de Fútbol es una empresa de Meriton, cierto, pero como tal entidad deportiva se rige por una reglas del mercado que si te la saltas, éste te expulsa, te rechaza. Ser el máximo accionista te da derechos, pero también obligaciones. Algunas monetarias y otras muchas sociales que se están pasando por alto y eso es intolerable. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia