En apenas una semana, el optimismo se ha instalado en los aledaños del Carlos Tartiere. No es para menos, más aún teniendo en cuenta de dónde venía el Real Oviedo. Una sola victoria, por muy derbi ante el Sporting de Gijón que fuera, en nueve partidos y apenas siete puntos de 18 disputados. No obstante, frente a la UD Las Palmas algo cambió. Los carbayones se llevaron la victoria por 1-2, y volvieron a responder ante el CD Castellón dejando, sin lugar a dudas, la actuación más seria de lo que va de curso. Pero ¿qué ha cambiado en el equipo para pasar de la nada al todo?
La respuesta depende de hacia dónde miremos. A nivel técnico-táctico es muy sencilla: nada. José Ángel Ziganda no ha tomado ninguna decisión ni ha implementado nada a su libreto que no haya ensayado desde la pretemporada. Incluso desde su llegada, si apuramos. El libreto es el mismo de siempre; el dibujo, idéntico; los automatismos con y sin balón, los que lleva trabajando desde que pisó por primera vez El Requexón.
En cambio, en estos dos partidos se ha visto a un equipo más concentrado, más rápido en la circulación de balón, en las transiciones y mucho más atrevido y ofensivo. Y es que el Oviedo ha dado un giro de 180º a nivel psicológico. La victoria ante Las Palmas ha dado alas al equipo. No ha hecho nada diferente en concepto, pero la ejecución de todo lo que ha hecho sí que ha sido más positiva. El Oviedo que goleó al Castellón ha hecho las mismas cosas que pedía Ziganda cuando llevaba una victoria en nueve partidos. La diferencia es que esta vez salieron mejor por la confianza de ganar en Gran Canaria.
El Oviedo se ha quitado una pesada losa de encima. Jugadores como Nieto, Édgar, Sangalli, Nahuel, Borja o Blanco Leschuk ya estaban jugando muy bien en las últimas semanas. Empezaban a atreverse, intentaban combinar, pero es difícil que una dinámica tan negativa no influya. Por eso el triunfo ante Las Palmas ha sido realmente ese punto de inflexión que todos buscaban. Un partido sacado a golpe de riñón que ha derivado en el mejor partido de la 'era Ziganda', posiblemente con diferencia. Y ojo, porque quizá tampoco le dé para luchar por el anhelo del ascenso, pero al menos el equipo ha encontrado un punto de motivación y atrevimiento muy bueno. Que dure y que el oviedismo lo goce desde casa. Ya se hablará de objetivos en el ltramo final de temporada.