Nacho, quédate
Sí, lo sé: voy tarde. Lo ideal, lo vanguardista e incluso lo atrevido habría sido escribir estas líneas allá por los meses de septiembre, octubre y noviembre, cuando el señor Nacho Fernández apenas jugaba en el Real Madrid. Ahora el Santiago Bernabéu ya se lo ha pedido en varias ocasiones y hasta él mismo ha dejado en alguna entrevista postpartido una de esas sonrisas que dicen más que muchas palabras. Pero, spoiler, este artículo de opinión llega cuando el corazón lo pide (y eso es lo que manda). Así que, ahí va: Nacho, quédate.
¿Por qué debe renovar el Real Madrid a Nacho?
En el hipotético caso de que alguien todavía a día de hoy se hiciera la pregunta que encabeza este párrafo, sería bastante sencillo responder. "Toma, ponte los dos partidos contra el Liverpool en UEFA Champions League y mira cómo ha sido capaz de frenar al mismísimo Salah -un futbolista top mundial, no hace falta decirlo- sin ser él lateral izquierdo", le diría.
Si esa persona, después de dedicar 153 minutos de su vida a disfrutar de las dos actuaciones individuales de Nacho frente al conjunto red, se siguiera haciendo la pregunta obtendría una respuesta parecida a esta: "Real Madrid-Espanyol. Santiago Bernabéu. Descuento del segundo tiempo. Y va Nacho y se inventa esto", le diría a la vez que le daría al play para ponerle la jugada del 3-1.
El '6' del Real Madrid y lo que él quiera
Pongamos que esta persona siguiera sin tener claro por qué el Real Madrid haría bien en cerrar la renovación de un chico de 33 años que lleva más de 305 partidos en el club más exigente del fútbol mundial. Sería entonces cuando le daríamos el golpe definitivo. Ya no se nos escaparía. En pocos minutos estaría pidiendo un contrato vitalicio para el bueno de Nacho.
"Mira. Si no te valen los datos, si no te valen los números, si no te vale lo que se puede ver, si no te vale ver que rinde al nivel que se le exige o incluso más, vamos a hablar de lo que no se puede medir. ¿Tú has visto cómo lucha por el escudo? ¿Has sido capaz de ver cómo se deja la piel por la camiseta del Real Madrid y no te has emocionado? ¿Has palpado cómo le duele cada golpe que recibe el club y cómo de feliz le hace cada triunfo? Pues eso se llama madridismo, y no se puede comprar en ningún lado del mundo".