Uno de los mayores éxitos para un futbolista es ganarse al cariño de su afición. Isco Alarcón, en apenas unos meses en el Real Betis, ha conquistado el corazón de una afición que ha encandilado. Como último ejemplo, lo sucedido este jueves en el Benito Villamarín, cuando de nuevo el estadio se puso en pie y coreó el nombre del malagueño.
Desde que se anunció su fichaje por el Betis en verano, Isco generó ilusión y su nombre siempre fue a favor de corriente para los béticos. Por sus evidentes cualidades a lo largo de su carrera, por su pasado reciente en el Sevilla... el caso es que tuvo ese crédito inicial. Claro que luego la pelota es la que dicta sentencia cuando echa a rodar.
Y ahí Isco ha impuesto la ley del fútbol. Desde el primer partido contra el Villarreal ha demostrado sobre el terreno de juego su compromiso, su buen estado de forma y sus ganas de volver a triunfar. Pero sobre todo, nunca conviene perder la perspectiva que esto es fútbol, ha jugado a la pelota como los ángeles y ha resultado determinante para su equipo. El primer gran mandamiento.
A más de uno ha sorprendido la cantidad de minutos y partidos consecutivos que suma Isco sin desfallecer. Un hombre pegado a una pelota, capaz de asumir responsabilidades y pedir el balón, su mejor aliado siempre, para generar fútbol y enamorar a los béticos. Controles milimétricos, regates, pisaditas, aceleraciones, desaceleraciones, pases al hueco inimaginables, goles -hasta de cabeza-... fútbol, mucho fútbol.
La centenaria afición del Betis, soberana con muchos años de fútbol a sus espaldas, detectó pronto el talento puesto al servicio del equipo y lo ha premiado. Consciente de que Isco no es un futbolista más se ha entregado con razón a un jugador que sonríe y les hace sonreír. Un futbolista capaz de levantarlos de sus asientos varias veces por partido y que es un líder desde el juego.
El propio Isco tiene la gran culpa de ello. Sus cualidades vienen de serie, pero en estos dos meses ha puesto todo de su parte. También el contexto, por la idea de juego del Betis y por la confianza de Manuel Pellegrini en su entrenador. El caso es que el centrocampista ha logrado una de las mayores conquistas de un futbolista y esa tiene que ver con su rendimiento, ganarse la admiración de su afición.