Una revolución asentada en el Betis

Todo cambia, todo sigue igual. No es una contradicción; es la constatación de un hecho real que viene experimentando el Real Betis en los últimos meses, concretamente desde el verano. Una atinada capacidad de reinventarse para habitar en el mismo punto de los tres últimos años, el de una felicidad deportiva sostenida desde la llegada de Manuel Pellegrini al banquillo bético.

Y es que este Betis es igual, también distinto, al de años atrás. Lo es como conjunto, no del todo en nombres. El punto alcanzado -cierto es que está en mitad de la temporada- es el del mismo sello competitivo que el Ingeniero le ha imprimido en cada año de su estancia en Heliópolis. Una alargada mano de entrenador que, desde la ambición, le hace no caerse casi nunca, por más que lleguen baches o momentos de más o menos brillantez.

Pero volviendo al principio, es otro Betis. Lo es en su plantilla que vivió este verano una pequeña revolución, ideada desde el club y desde el propio Pellegrini, para mover el árbol y evitar que el equipo se estancara. Los movimientos de entradas y salidas así lo atestiguaron en un mercado más que intenso de los verdiblancos. No quiere decir que se completaran todas las operaciones deseadas, ni que la planificación final no tuviera luces y sombras. Ese es otro debate.

El caso es que del Betis salieron futbolistas de peso en los últimos años como Canales, Juanmi, Joaquín por su rol, o ya lo había hecho meses antes Álex Moreno. Un ejemplo de esta nueva fisonomía del Betis, en cuanto a nombres, pudo verse contra el Real Madrid. Cinco de los once titulares no estaban en el equipo del año pasado. Chadi Riad, Sergi Altimira, Marc Roca, Isco Alarcón y Ez Abde.

Es sólo una muestra, pero este Betis, el del cuarto plan del Ingeniero y la dirección deportiva encabezada por Ramón Planes, ha variado algunas caras en cuanto a futbolistas aunque el rendimiento grupal es similar. Este año, también por las lesiones, está siendo habitual ver a un equipo sin Fekir, William Carvalho, más la marcha de Canales. La Santísima Trinidad en campañas anteriores y el rendimiento es parecido. Veremos al final.

Los últimos meses de la temporada pasada ya dieron a entender la necesidad de este movimiento en la plantilla para refrescar ideas y nombres. Probablemente en algunas fases del comienzo de este curso, en el bache reconocido por el propio Pellegrini, pesó en este nuevo Betis ese cambio. Faltaba alguna pieza por encajar. Sin embargo, el paso de las jornadas fue cosiendo el nuevo engranaje.

El nexo común es Manuel Pellegrini, quien con su sapiencia ha logrado que esa revolución no se abrupta, al menos en cuanto a la idea de juego y las prestaciones de un Betis que tiene entre ceja y ceja repetir Europa por cuarta temporada. Lógicamente habrá que esperar a mayo para las notas finales, pero esa movimiento de futbolistas parece que hace ya cuajó. Todo cambia, todo sigue igual.