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La manita

Pizarro Gómez, durante el Real Sociedad-Cádiz (Foto: LaLiga).
Alicia Cervera

Pasan y pasan las jornadas y juro por Dios que no termino de aclararme. Cada día aprendo una regla nueva con respecto a esta extremidad tan temida en el mundo del fútbol y siempre, y cuando digo siempre me refiero al cien por cien de las ocasiones, aplicada en contra del Cádiz.

En las primeras jornadas, aprendí que toda mano en el área era penalti. Luego que si la tenía pegada al cuerpo no era. Más tarde fue que no había intención de tocarla y por tanto, que la intención era lo que contaba, pero unas semanas más tarde la intención era secundaria y la mano se pitaba igualmente. En menos que cantaba un gallo si la mano era mientras te caías al suelo no se pitaba y si cortaba una jugada sí… Luego que el VAR sólo entra para manos “escandalosas”… Y así mi cabeza iba soltando humo… ¿Seré torpe, señor?

Entonces, y solo entonces, me dije a mí misma que el problema no era el VAR, la verdadera cuestión era que cada jornada lo aplicaba una persona diferente, con sus filias y fobias, sus conocimientos y actitudes y bueno… así al menos encontré una respuesta, un poco simple, pero válida a fin de cuentas…

Pero tras el partido con la Real Sociedad esa respuesta no me vale. La mano de Negredo, en un mundo en el que el sentido común impera, no es mano en la vida. Un futbolista que intenta despejar con la cabeza y sin ningún tipo de intención le toca en el lateral del brazo cayendo la pelota a escasos centímetros de donde iba el balón inicialmente… Eso no es mano en ningún sitio.

Sólo si aplicamos la premisa de “todo golpe en la mano en el área es penalti”. Es decir, el listón de Mateu era ése y bueno, había que volver a resetear. No importa la intención, no importa que no corte una jugada, el penalti para él es eso. Así afronté lo que quedaba de partido y llegó la mano de Zubeldia. Sin intención igualmente, aunque cortaba una jugada, pegada al cuerpo, pero dejando un codo fuera que es donde rebota la pelota. Y ahí, la premisa de “todo golpe en la mano en el área es penalti” no se aplicaba. Ahí no.

Digo Mateu porque ha arbitrado el valenciano desde la sala VAR y no Pizarro Gómez, que ha demostrado ser un “sin sal” y sin personalidad, cayendo constantemente en las llamadas de atención de su compañero de profesión. No ha mantenido su criterio ni siquiera ha tenido un criterio único, pitando todo lo que le han ordenado desde arriba.

No entiendo al colectivo arbitral. Yo no tengo claro lo que es mano y lo que no, porque no lo saben ni ellos mismos. Y mientras tanto, desquician a los equipos con decisiones que rozan el absurdo y que hacen que los que amamos este deporte, sintamos semana a semana que todo está orquestado, que todo esto apesta y que el fútbol es un espectáculo pervertido y manejado por todos aquellos que se quieren beneficiar a costa de él.

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