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La actitud inglesa

Hoy escribe en ElDesmarque Bizkaia Alejandra Herranz.
ElDesmarque

El fútbol tal como lo conocemos nació en 1863 de la desunión de dos deportes hasta entonces hermanados: el rugby y el fútbol mismo, lo que dio origen al nacimiento de la Football Association inglesa. Pero en Bilbao el fútbol nació de la unión y la camaradería, cuando marineros ingleses bajaron en la ría con un balón que les fue devuelto por una cuadrilla autóctona. En 1898 nacía el Athletic Club. Que primero fue el juego y luego la institucionalidad.

Mucha influencia inglesa lleva el club bilbaíno en sus genes y en su actitud institucional. Por eso es Athletic y no Atlético. Por eso sus entrenadores pueden nacer donde les dé la gana para dirigir al equipo más emblemático de Vizcaya. Por eso, también, sus jugadores son de la casa: es decir, de la cantera, por nacidos o formados en estas tierras vascas.
Por eso latimos en rojo y blanco a rayas verticales. Porque, como señala Jon Uriarte Lanzirika en “We are football”, en su libro Un inglés vino a Bilbao y otros relatos (edición del Ayuntamiento de Bilbao, 2015), estos colores vinieron traídos por Juan Elorduy, que jugaba en el Athletic Club de sucursal Madrid. Fue él quien trajo aquellas camisetas inglesas: “las mejores porque no desteñían”.
Así fue que salimos a imagen del Southampton inglés.
Y acaso por todo esto podemos decir: “We are Athletic, we are football”. O, lo que es lo mismo, “Somos el Athletic, somos fútbol”.
Mientras que hoy puede contemplarse al fútbol inglés con cierta desconfianza por los cambios institucionales acaecidos en sus clubes (cada vez con más capitales extranjeros y fondos de inversión como principales accionistas), en la villa de Bilbao se tiene otra mirada.
El Athletic Club continúa siendo una de las cuatro sociedades deportivas no mercantiles de la Liga española. Es decir, de sus socios.
Pero, ¿y el juego? ¿De quién es: de los jugadores, del entrenador, de los hinchas? ¿En qué estilo?
Antaño podía ser un estilo inglés: con un 9 neto para recibir centros y sentenciar el juego aéreo, con marcadores laterales con suficiente fuelle para subir y bajar, atacar y defender, con un mediocampo laborioso y creativo, y una defensa con las mínimas fisuras.  Pero el juego siempre es del entrenador que pone el dibujo y de los jugadores que lo trazan. Aunque los hinchas del Athletic suelen decantar su gusto por jugar al estilo inglés, como señalan Liz Crolley, co-coordinadora del módulo Football, Marketing y Sponsorship de The Football Industries Group de la Universidad de Liverpool, y David Hand en su libro Football, Europe and the Press (Routledge, 2002).
Probablemente haya sido así durante muchos años pretéritos. Sin embargo, y sin querer ahondar en la herida de la presente temporada (flojos en la Liga, eliminados ya en la Copa del Rey, coleando en la Europa League), creo que no puede afirmarse este mismo enunciado.
  El partido de ida por los cuartos de final de la Europa League ante el Olympique de Marseille representó una ducha de agua helada para todos quienes lo hayan visto: en el campo, en la grada, en las salas con televisor o aun en las pantallas de los móviles.  El 3-1- final fue contundente. El Olympique salió desde el primer segundo con una actitud firme: comerse los leones de gala, por lo que dio su primer bocado a los 46 segundos de juego, cuando se puso 1-0. El Athletic, en cambio, salió (salimos, que los de afuera alentamos y “jugamos” a nuestra manera) sin plan de juego, sin variantes, en soledad individual y ausencia colectiva en el desempeño, por lo que apenas alcanzamos a sobrevivir.  Ahora nos espera la vuelta el próximo jueves 15 de marzo. En casa, la catedralicia San Mamés.  Si puedo tener una única certeza, la tengo: es la del sentimiento.  Me digo que somos el Athletic, que somos fútbol. Y evoco aquella actitud inglesa para que nos acompañe en esta andadura europea. Porque no destiñe, porque nos trajo a este mundo futbolero desde la unión y la camaradería.  Yo sé que si en el partido de vuelta ante el Olympique ponemos en el campo esta actitud inglesa que la hicimos bilbaína y athleticzale, revertiremos la eliminatoria. Porque somos el Athletic. Porque somos fútbol.  Alejandra Herranz, periodista y blogger
@aleherranz

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