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Crónicas Mundialistas Rusas – La Revolución futbolística de Iberia

Diego Costa pelea una pelota con José Fonte durante el Portugal-España del Grupo B del Mundial de Rusia 2018.
Alejandra Herranz

España y Portugal comparten historia. Antaño, dos potencias marítimas, con dominios de ultramar, fueron volviéndose países del concierto europeo, especialmente tras sus ingresos en la Unión Europea.

Fue en julio de 2007 cuando el escritor portugués y Premio Nobel de Literatura 1998 José Saramago vaticinó su particular utopía geopolítica: que Portugal acabaría integrándose a España como una autonomía más; lo que vendría a ser el país renombrado como Iberia, para no machacar la sensibilidad del fado luso.

Pero esto es fútbol, y las selecciones de Portugal y de España representan a sus respectivas federaciones y sólo comparten grupo, el B, en esta Copa del Mundo FIFA Rusia 2018.

Con más expectación para España por el recambio generacional que había emprendido Julen Lopetegui. Pero también para Portugal, que llevaba como estandarte a un Cristiano Ronaldo en estado de forma pletórico.

Tras sortear sus últimos compromisos grupales, Portugal quedó segundo lugar luego de su empate en 1 ante Irán, tras ir ganando 1-0 durante los 90 minutos -ay, estos añadidos.

España, que detentó la posesión del balón y acaso el juego aunque encontró pocos espacios, ocupó la primera posición tras empatar en 2 ante una rocosa selección de Marruecos que defendió muy bien, que mostró velocidad en sus contragolpes, que aprovechó sus contadas ocasiones de gol y que quiso retirarse con honores de este mundial.

(No obstante el empate, a Fernando Hierro le esperan algunos ajustes defensivos, de portería y en la verticalidad del juego de equipo de cara al sábado; esto, si aspira a que La Roja continúe avanzando en su camino hacia la meta última)

En los octavos de final, Portugal le espera Uruguay, que pisa tan firme como en las últimas dos ediciones de la Copa del Mundo FIFA. A España, Rusia, la selección anfitriona.

Van separados los países en este mundial, cada cual con su selección. La lusa, con su icono más ilustre: Cristiano Ronaldo. La española, con su icono de conjunto de líneas equilibradas donde también tienen cabida iconos individuales como Andrés Iniesta, Isco, Sergio Ramos, Jordi Alba.

Quién sabe. Acaso las dos lleguen a estar entre los cuatro finalistas de esta edición mundialista. Y, a su particular manera, habrán sentado una piedra basal en aquella idea-fuerza de Iberia, como si fuera una revolución de fútbol.

Alejandra Herranz, periodista y blogger 

@aleherranz

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