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Crónicas Mundialistas Rusas – Individualidades y Equipos

Jorge Sampaoli donde mejor se prodiga: hablando en una rueda de prensa.
Alejandra Herranz

Resulta increíble –o no– que las distintas entidades que hacen al planeta fútbol (las federaciones nacionales y las regionales, la FIFA, los clubes, la prensa deportiva y un largo etcétera) insistan en poner el peso del juego en la individualidad y no en el conjunto, cuando el fútbol es, en esencia, un juego de equipo.

Un juego de equipo que enlaza el trabajo en el campo, en el vestuario y en la convivencia en uno y otro espacio, además de en el espacio exterior a la intimidad del grupo, que se da cuando hay ruedas de prensa, declaraciones, entrevistas y todo aquello que puede amplificar lo que sucede puertas adentro de los 22 y el equipo técnicos.

El peso de la individualidad concentra los premios, las distinciones. Así tenemos a la figura del partido, al mejor del 1x1 del equipo, al balón de oro, al futbolista del año. Todo, en un deporte que, en esencia y en espíritu, es juego de equipo.

Un mundial no va a ser distinto en el objeto de esta apreciación. Así tenemos que en la Copa del Mundo FIFA Rusia 2018, los partidos podían darse entre Griezmann y Messi y no entre Francia y Argentina; entre Cristiano y Suárez, y no entre Portugal y Uruguay.

Es larga la lista, pero valgan estos dos casos de partidos de los octavos de final en los que Francia y Uruguay aseguraron su continuidad en el mundial por una sencilla y poderosa razón: simbolizaron el triunfo del juego en equipo. Y las individualidades Messi y Cristiano lo mirarán desde sus casas o bien se tomarán vacaciones pensando en la próxima temporada con sus respectivos equipos.

Porque Francia y Uruguay son equipos con sus líneas equilibradas, con un juego articulado, en el que las individualidades marcan la diferencia cuando se atasca el ataque o la defensa. Pero no son salvadores: sólo salva el equipo. Porque el fútbol es un juego de equipo.

El día que los entrenadores interioricen este sencillo argumento: que el fútbol es un juego de equipo, recién entonces podrán hacer maravillas y hasta milagros. Porque el juego en equipo es trabajo, trabajo y trabajo. Sí, hay que planificar, aguantar, sufrir, gozar, tener plan B, adaptarse, ser resiliente. En la gestión del equipo en el campo y en el vestuario; también en su relación con el complejo exterior.

Por favor te lo pido, [Jorge] Sampaoli: tomá nota de este latido personal y reflexivo que tanto difiere del tuyo. Y por favor, renunciá a la selección argentina, no esperes a que te echen y te indemnicen, no sería justo para el fútbol argentino. Te lo agradezco de antemano.

Alejandra Herranz, periodista y blogger 

@aleherranz

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