Josu Urrutia deja la presidencia del Athletic Club de Bilbao. Un balance de su gestión –como la de cualquier otro presidente– deja una serie de resultados: económico-financieros, deportivos, institucionales como modelo de entidad deportiva no mercantil, entre otros aspectos que se analizan y un contexto sociopolítico y unas circunstancias que acompañan el balance.
Parece fácil pero no lo es.
El resultado general indica que Urrutia fue elegido como trigésimo-primer presidente del Athletic en julio de 2011 y reelecto en marzo de 2015. Bajo su presidencia, el Athletic ganó su único título desde el doblete de Copa y Liga de 1984: fue la Supercopa de España de 2015 ante el FC Barcelona. En 2013 se inauguró el nuevo San Mamés, si bien este no fue un proyecto de su propia gestión y por cuyo alquiler paga 500.000 euros al año. Su primera gran baza electoral fue llevar a Marcelo Bielsa al banquillo del Athletic: toda una revolución en el fútbol de Athletic. ¿Cómo no recordar aquellos dos partidos ante el Manchester United por la Europa League?
Parece fácil pero no lo es.
Durante su gestión, el Athletic siempre estuvo en Europa, tanto en League como en Champions, salvo la actual temporada. También hubo un singular éxodo de la plantilla: Ander Herrera, Javi Martínez, Andoni Iraola, Fernando Llorente, Aymeric Laporte, Kepa Arrizabalaga, Ibai Gómez, Enric Saborit, Xavi Etxeita, entre otros jugadores. Se habrá ingresado buen dinero, sin embargo, se ha perdido mucho talento de cantera (no incluyo a Llorente en este apartado). Eso sí: renovó a Iker Muniain y sin cláusula de rescisión; y a Iñaki Williams, con cláusula. Esto, en un contexto de apalancamiento singular de presupuesto medido sobre coste de la primera plantilla: la masa salarial de sus jugadores consume unos 68 millones de euros al año. Sin embargo, el fantasma del descenso sobrevuela por las tierras athleticzales.
Parece fácil pero no lo es.
La ausencia europea del Athletic representa un gran problema económico-financiero para el club. Sólo en la temporada 2015-2016 su participación europea le valió ingresos por 6,21 millones de euros. En ese mismo tiempo, ingresó 71 millones brutos por los derechos de televisión de sus partidos de Liga. En los siete años de gestión de Urrutia, su junta señala que se logró generar un valor de 199 millones de euros. Sin embargo, con un superávit actual de 60 millones aunque con una prospectiva sombría en cuanto a ingresos y resultados deportivos, las pérdidas parecen golpear a las puertas del Athletic.
Parece fácil pero no lo es.
Aunque finalizaba mandato en marzo de 2018, Urrutia renunció y abrió el camino a las elecciones que serán el 27 de diciembre. No hay candidato firme aún.
Y aunque política y fútbol no parecen parientes, en los hechos se comportan como una suerte de extraña, conveniente pareja.
Esta relación podría explicar el peso del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en el Athletic. El PNV es el protagonista dominante en la sociedad San Mamés Barria, gestora del estadio de San Mamés. Además, los candidatos a la presidencia del Athletic suelen tener el respaldo del partido peneuvista. Sin ir más lejos, el pasado 15 de noviembre, su presidente: Andoni Ortuzar, manifestaba en Radio Nacional que aún hay tiempo para que salgan candidaturas; una manifestación que, dijo, no la hacía como titular del partido sino como socio athleticzale. Sin embargo, en una expresión de esta naturaleza se mezclan los criterios de representación, con lo que no ayuda a la transparencia del proceso electoral del club, incluyendo la presentación de candidaturas.
Parece fácil pero no lo es.
Porque nuestro noble lema “con cantera y afición, no hace falta importación” choca con la realidad de los números en un sentido amplio. Al menos a mí, me lleva a plantearme importantes interrogantes: ¿Qué sucederá con la sostenibilidad de la filosofía de cantera cuando apenas se puede escoger entre una población de 2,1 millones como posibilidad y en bastante menor cantidad en probabilidad? ¿Es viable la presente carestía de las fichas de los jugadores cuando los resultados deportivos no aparecen, cuando se está lejos de volver a competiciones europeas y los ingresos del club parecen camino de menguar?
Puede verse el vaso medio lleno o medio vacío. O verse entero en su forma y con su contenido. Acaso dependa de qué aspectos quieran acentuarse. O acaso dependa de otras cosas que se escurren entre todas estas reflexiones personales que intentan ser, o acaso son, una aproximación a tratar de comprender hacia dónde va el Athletic.
Parece fácil pero no lo es. Ni el balance ni mi mirada.
Alejandra Herranz, periodista y blogger
@aleherranz