Según la RAE, “persona o cosa por la que se siente un amor excesivo”. En granota, lo que otrora serían Ballesteros, Iborra, Rivera, Ettien, Salillas, Latorre o Calpe. Los Riga, Reggi, Domínguez o Caszely. En otro escalón, por fugacidad más que nada, los Caicedo, Koné o Martins… La pregunta es: y hoy, ¿quién ejerce de divinidad en el Levante UD? ¿Morales? ¿Roger? ¿Campaña? Veteranía. Gol. Clase. En ese orden. Pero poco más. Del resto ya… no comment. Cero arraigo. Sentimiento escaso. Y eso se nota. Un debe (y no el único) en la plantilla que aflora en tiempos de flojera. No descubro nada nuevo tampoco.
Recuerdo cuando el Big Data de entonces miraba y remiraba todo lo que iba más allá del césped. Y, sobre todo, cuando se idolatraba más por lo que eran que por lo que hacían. ¡Y no hicieron poco! No caben todos, pero los Juanlu, Juanfran, Rubén, Valdo, Rodas. O los Descarga, Fernando Sales, incluso Preciado, Luis García y demás iconos de otros tiempos que sentían de verdad. Y hacían sentir. El Ciutat hoy gana 3-0 pero sigue huérfano. De símbolos. O, aunque sea, como poco, de líderes. Sin magnificar. Las comparaciones son odiosas. Y el anhelo, en este caso, también.
"El Ciutat hoy gana 3-0 pero sigue huérfano. De símbolos. O, aunque sea, como poco, de líderes".
Más allá de que hoy en día se ensalce o destierre, según salga el sol, a cualquiera que pase por allí. El clásico tópico de “el fútbol no tiene memoria”. No. El fútbol la tiene. Pero lo mismo se acribilla a ‘X’ por fallar solo ante el portero que se pide la eternidad para ‘Y’ por un partido medio digno. Véase redes sociales. Esa jungla que hoy se ha convertido en la salsa del fútbol. Y de la vida incluso. Renovarse o morir. Mola.
Allí, estos días encuentras que Campaña, por ejemplo, debería quedarse en casa ya lo que queda de Liga. Que sin él se jugó mejor. Objetivamente cierto. Algo exagerado quizá lo primero. Que Vukcevic es la reencarnación del mejor Fernando Redondo de todos los tiempos. Que casi no se entiende la vida sin él. Tampoco es eso. Creo. Aitor ya no para ni un taxi en la Gran Vía. Dani Gómez será mejor que Mayoral. Rochina va con ellos. Coke vuelve a ser Cafú. Paco a la horca en la plaza del pueblo. O renovado de por vida. Etecé, etecé, etecé… Por favor, “tranquilidad”, que diría aquel.
Que como pasatiempo está bien, pero el análisis debería ser mucho más sesudo. Desde dentro digo. Se entiende que así sea. Y por el bien del levantinismo, ojalá. Pero llega un momento ya en el que tengo mis dudas. Por muchas cosas para las que hoy no queda tiempo ni espacio. Aunque para eso estaremos aquí cada semana. Desde la reflexión y la locura, el rigor y la ironía, la calma y el subidón. Todo a partes iguales pero en dosis diferentes. Hoy vaya por delante este anticipo. Light. Suave. Sin abusar. Espero que les guste. Bienvenidos a ‘El Bunker’.
Víctor López
Periodista