La maratón de 42 jornadas que comenzó el Sporting de Gijón en el pelotón central llega a su fin con los rojiblancos entre los elegidos para conseguir la victoria. Un equipo con lo puesto se ha colado entre los mejores por méritos propios y a pesar de las lesiones, los arbitrajes y de las lesiones, la plantilla no pierde la cabeza de carrera.
Tanto las carreras como las ligas se deciden en los últimos metros o jornadas y en esa situación se encuentra un Sporting de Gijón. Con Abelardo al frente, el equipo está haciendo soñar a una ciudad y a unos dirigentes que, después de que se aprobara el Decreto Ley de los Derechos de la Televisión, ha tomado aire porque el futuro del club dependía en gran medida de un ascenso inimaginable al principio de la temporada.
Las opciones por terminar en Primera División siguen intactas, los futbolistas están convencidos de que el ascenso es posible aunque en el mundo del fútbol todo puede pasar. Si hasta la fecha nadie ha presionado a 'los guajes', sería cruel que los rojiblancos revinieran cualquier tipo de exigencia por ser uno de los tres equipos que abandone la Segunda División para competir el año que viene contra los mejores equipos del territorio nacional.
Hay que dejar correr a la plantilla del mismo modo que han corrido la mayor parte del maratón, no subir no sería un fracaso, no subir sería lo lógico porque este equipo no ha podido fichar, tiene jugadores sin apenas experiencia en la categoría y el número de efectivos no es tan amplio como a 'El Pitu' le hubiese gustado.
Por todo ello, el Sporting de Gijón, pase lo que pase de aquí al final de la presente campaña, se merece la admiración de cualquier sportinguista. Los protagonistas lo han dado todo y se dejarán la piel por devolver al club al lugar que se merece. Esta temporada no es un sueño, ya es una realidad a la que le faltan pocas jornadas para que llegue a su fin. Por lo tanto, queda terminantemente prohibido exigir el ascenso. Solo queda animar y aplaudir a los profesionales del balón. Aunque llegados a este punto, ascender no estaría de más.