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Una decisión histórica para el Levante

Las tres caras visibles del proceso.
MIguel Á. Vara

A lo largo de la vida hay que tomar decisiones trascendentes, no tantas como parece, pero sí unas cuantas en las que de verdad cuesta decidirse, salvo que seas un desahogado y vivas a lo loco, que es una opción. Hablamos de decisiones que pueden acompañarte durante muchos años, quizás toda la vida, como comprarte un piso (y su consiguiente hipoteca a 35 años), casarte, tener hijos o, en menor medida, cambiar de trabajo o de sector laboral.

Cuesta dar ciertos pasos, abandonar una situación buena en busca de una mejor siempre tiene un componente de riesgo. Hipotecarse a largo plazo, económica o sentimentalmente, también, pero es la vida. La otra opción es quedarse quieto, como cervatillo ante los faros del coche, esperando a que pasen las cosas, sin intervenir. El cervatillo está bien, ahí en medio de la carretera, no le pasa nada malo, hasta el momento del impacto en el que ya es demasiado tarde para darse cuenta de que algo tenía que haber hecho.
Imagino que todos ustedes se han visto en esta tesitura, para los viejunos, la primera decisión era estudiar FP o BUP, ciencias o letras, luego trabajar o seguir estudiando, si estudiabas qué carrera hacer…y luego todo se iba complicando. Me compro moto o coche, nuevo o usado, me independizo o vivo en casa, compro vivienda o alquilo (lo de okupar no era una opción entonces), este trabajo es bueno o puedo aspirar a uno mejor… Mi novia/novio es el definitivo o mejor me voy con aquel que me hace tilín...ha llegado el momento de sentar cabeza o sigo de flor en flor, me caso o no, por lo civil o por la iglesia para contentar a mi suegra, tenemos hijos ya o esperamos un poco, hacemos madrina a tu hermana la insoportable pues anda que tu hermano qué …nos abonamos a GolT o Canal Plus Liga, somos azules, naranjas o rojos (hablo de telefonía móvil)… Decisiones clave vamos. Pero ya digo que hay otra opción que es quedarse parado, esperar a que las cosas pasen, porque van a pasar y, si tú no tomas tus decisiones, otros las van a tomar por ti.
Y las decisiones a veces llegan cuando menos te lo esperas, cuando parece que el mar está en calma y por el horizonte no asoma nada y eso genera más nerviosismo, miedo a lo nuevo, con lo bien que estaba yo tumbado en la playa. Algo así le ha ocurrido al ambiente levantinista, que de repente se ha topado con la noticia del año, quizás de la década. Alguien viene a comprar el club, y parece serio, toda una novedad entre el corto ramillete de los que alguna vez aspiraron a quedarse con el club, cuya alineación, sólo de repasarla, provoca escalofríos y no de placer. Por cierto, cabe felicitar a los compañeros (y en algunos casos, amigos) de COPE Valencia por adelantarnos esa noticia, sin duda la más importante en el Levante en muchos años.

Las dudas razonables

Como a casi todos nos pilló con el paso cambiado, la recepción del temazo pasó de la incredulidad a las dudas razonables que, conforme se iban despejando, mostraban una oferta real, con cara y ojos, que había seguido unos cauces fiables como consultar a la LFP, acudir al Ciutat y, todo ello, en la más absoluta confidencialidad, sin buscar fama ni populismo, como se hacen las cosas serias. Poco (o nada) acostumbrados a estas situaciones, el levantinismo empezó a digerir la situación cada uno a su manera y a preguntarse quiénes iban a decidir al respecto una futura venta o no. Y ahí nos encontramos, al menos en mi caso, escuchando opiniones, argumentos e intentando saber quiénes son las personas que van a levantar o bajar el dedo a la oferta de Robert Sarver, los que van a dibujar el presente y el futuro del Levante… Sin saber muy bien si están capacitados o no para ello.
Puede ser mi falta de pericia con los buscadores de Internet pero, perdónenme si sí que es algo público, yo no he logrado encontrar quiénes son los patronos de la Fundación del Levante y a que organismos o administraciones representan. Ahora que en todos lados añadimos la palabra transparencia, no estaría de más que el levantinismo supiera quiénes son las personas, a qué o quién representan y cuáles son sus capacidades para decidir algo tan trascedente como el cambio de titularidad de un club de fútbol. Recuerdo vagamente algunas instituciones representadas en el inicio de la Fundación como RTVV, que desde hace año y pico no existe, así como muchos cargos de administraciones públicas…que ahora no sé si están vacantes dado el cambio general en las últimas elecciones o siguen estando los de antes, todos representantes del PP cuya legitimidad en algunos casos, y en vista de los últimos acontecimientos judiciales y carcelarios, es como mínimo cuestionable.
He escuchado al presidente de la Fundación hablar al respecto y a uno le tranquiliza su pausa, razonamiento y altas capacidades. También el presidente del club ha hablado en un tono interesante, por lo que si dos de las cabezas visibles de este proceso generan esa confianza, a mí al menos me va quedando la sensación de que las cosas se están haciendo bien. Para evitar suspicacias quede claro que no conozco de nada a José Manuel Fuertes, hace años que no he hablado con Quico Catalán y, respecto a Robert Sarver, en mi vida he visto un partido de los Phoenix Suns, pero prometo hacerlo si fuera menester, aunque me niego a enfundarme una camiseta de tirantes con colores estridentes como esos frikis de la NBA que conviven entre nosotros. Por cierto, hablando de Quico, debe ser mérito suyo y de una gestión seria y competente que entre los diferentes clubes que un comprador puede elegir, en España y el resto de Europa, el Levante resulte el elegido. No es fácil coger una entidad moribunda, revivirla y convertirla en un producto saludable pero que, no lo olvidemos, todavía no está recuperado del todo.

Es la época dorada de la entidad granota 

Pese a que asistimos a la época dorada de la entidad granota, la realidad es que sigue habiendo una deuda que hay que pagar y que este año el drama ha estado muy cerca en cuanto a descenso (deportivo y económico) se refiere. Como asegura Marcelo Bielsa, los cambios en el once hay que hacerlos cuando se gana, en la victoria, y en este caso, si el Levante tiene que cambiar de dueños, o mejor dicho pasar a tener uno, debe hacerlo en su fase de éxito, cuando se puede conseguir un precio mejor (económico y de condiciones), no te apremia la necesidad y, dado tu relativo esplendor, puedes atraer compradores serios. Porque las personas de éxito y la biografía de Sarver así lo define, compran éxito, se asocian a proyectos ganadores, no van a manchar su brillante hoja de servicios con un producto tóxico… por eso, la ingenua idea de que ahora no hay que vender porque va todo bien y, cuando vaya mal, ya venderemos, no resulta realista. Cuando vaya mal, como ha ido durante 100 años, no aparecen compradores interesantes, como no han aparecido en 100 años.

Opiniones diversas 

No me atreveré a hablar en nombre del levantinismo, es una osadía creer que tu opinión representa a alguien más que a ti, por eso no sé qué pensarán al respecto la mayoría de aficionados, socios, accionistas…pero lo que sí veo es ilusión, alegría en la afición tras un año durísimo. La chica fea con la que nadie quiere bailar (mucho menos de lo otro) resulta que ahora ha ido al gimnasio, se ha puesto guapa, ha ido de compras y de repente tiene un apuesto pretendiente. ¿Cómo no va a tener una sonrisa dibujada en el rostro? Habitualmente a los granotas nos toca vivir en la penumbra informativa y social, tenemos pocos caramelos que echarnos a la boca y ahora eso ha cambiado y podemos debatir sobre algo positivo, que ya tocaba. Que cada uno se decante por lo que quiera, pero por favor no ensuciemos el debate.
Me refiero aquí a opiniones del tipo ‘no quiero que me compre un yankee’. Los que así piensan pueden estar tranquilos, ningún americano les va a comprar. En todo caso, comprarían el club y el Levante no soy yo, ni tú, ni nadie en particular, no nos otorguemos esa importancia. Tampoco van a comprar tu sentimiento, eso no varía (al menos en mi caso) porque nadie puede comprar lo que no está en venta.
El discurso victimista de que viene alguien a tomar las decisiones tampoco me vale porque, básicamente, eso es lo que pasa ya, pasaba antes y antes de antes…en el Levante y en todos  los equipos, las decisiones las toma una persona, un Consejo en todo caso, pero no pertenecen a la masa social. Con esto, a mí personalmente me da igual que esa persona o personas sean valencianas, americanas o de Saigón. Me importan sus capacidades y su cualificación.
No entiendo ese discurso anti americano que algunos entonan, sinceramente me da la risa. Suena tan rancio, tan superado que es como si debatiéramos sobre si la tierra es redonda o siguiéramos quemando en la hoguera inquisitoria a los herejes que no la consideraran plana. De hecho, imagino que esas personas no comprarán Nike (que por cierto viste al Levante y no he oído quejarse a nadie), Levi’s, Ray-Ban (americana de nacimiento, pero vendida a la italiana Luxottica en 1999)… por poner algunos ejemplos. Jamás han ido a un Burger King ni a un Mc Donald’s y, que cuando pasen por el Arena para ir al Ciutat, nunca habrán entrado a Hollister o al Fosters Hollywood que, aunque no es americano (oh, sorpresa!) es de clara tendencia yanqui, que así se escribe en español, seamos consecuentes.
Me da que todo esto es una pose, mola ir contracorriente, suena más pijo-progre…pero en éstas a mí me interesará más el futuro del Levante que el postureo momentáneo que recuperará lemas de hace décadas tipo ‘Yankees go home’, ‘OTAN no, bases fora’, ‘¿Nucleares? No, gracias’, ‘Salvem l’horta’…y cualquier pegatina que tengamos en la mochila de los 80 (o 70)…y que por consiguiente pueden retrotraer al Levante a esa época idílica en la que jugábamos contra el Paterna, el Torrente o el Algemesí que, como todos sabemos, es algo que echamos en falta. 

No es un alegato, sino una opinión más

Repito, no es esto un alegato en favor de la venta, aunque al texto se le está poniendo pinta de ello. Es sólo una opinión en favor de que se valoren las cosas de manera objetiva, sin ruido ni chorradas que disturben, y que lo hagan personas capacidad y que miren más allá de la siguiente fila del palco. Creo que el Levante ya ha sufrido demasiado durante décadas y ya toca un salto cualitativo. ¿Esta oferta americana es la solución? No lo sé, incluso aunque llegase una inyección de dinero si éste no se gasta correctamente nada garantiza el éxito, pero lo que seguro que no lo garantiza es no tener un duro en la caja, tener que malvivir cada verano para acabar rezando (o similar) las otras tres estaciones del año viendo la clasificación. Me hace gracia escuchar que si Sarver llega es para ganar dinero, claro ¿qué queremos, qué venga alguien a perderlo? Yo no, a mí me gusta que la gente gane dinero, cuanto más ganen, más felices serán, más les atraerá el proyecto granota y más reinvertirá, pues aunque uno sea un demonio-capitalista-imperialista, si hay algo que le hace ganar dinero, seguirá haciéndolo funcionar, digo yo.
También he leído estos días ejemplos de inversores que han salido rana y es bueno estar alerta en ello y vigilantes a quién llega y cuáles son sus intenciones. Pero reflexiono sobre uno de esos proyectos que veo que no gustan y a mí ni me parece tan malo. Es el caso del Málaga, donde aterrizó un jeque que, al final, no ha tenido la continuidad gastadora que se preveía. Eso es cierto pero, ¿en qué se resume su balance? Cuando le dio por gastar hizo un equipazo que se codeó con cualquiera y, si no es por un mangazo arbitral, hubiera llevado al Málaga como mínimo a las semifinales de la Champions. ¿Lo firmarían?
Después, por razones que desconozco, pasó la euforia del jeque y la inversión desapareció, se vendieron a los mejores jugadores y…bueno, el Málaga sigue estando ahí, en Primera, por delante del Levante. No ha llegado el caos y la destrucción, no ha quebrado el club. No sólo eso, esa inversión inicial tuvo una parte destinada a la cantera, algo que el Levante ahora mismo no puede hacer y fruto de ese gasto, con buenos entrenadores, ojeadores, encargados de metodología…han creado una hornada espectacular de canteranos que han rendido a un nivel altísimo y ahora dejan unos buenos ingresos en la caja. Las ventas de Juanmi, Samuel, Samu Castillejo…le van a permitir seguir compitiendo al Málaga, pero sin la inyección económica inicial, casi nada de eso habría sido posible.

Quejas infundadas 

Tampoco entiendo al que se queja de que, si viene un inversor, cuando haya buenos jugadores los venderá para ganar dinero. ¿Y qué está pasando ahora? Pues que cuando hay un buen jugador, toca venderlo por necesidad. ¿Cuál es la diferencia? Ninguna. Bueno sí, que si Sarver tuviera la intención de ganar dinero con el movimiento de jugadores (no tiene pinta) posiblemente tendrá la lucidez o se asesorará por alguien que le haga ver que, para ello, le merece la pena firmar jugadores de 2-3 millones de euros para después traspasarlos que intentarlo con futbolistas libres. Es más fácil revalorizar un buen jugador, y por esos hay que pagar traspaso, que lograrlo con futbolistas libres. Casos hay, claro está, pero las excepciones no son regla. Si por el camino la afición granota puede disfrutar un par de años de buenos jugadores, mejores de los que ahora puede aspirar, ¿cuál es el problema?

Voy escuchando motivos para no atender esta intención de compra del club y no acabo de entenderlos. Agarrarse a los años de levantinismo que uno tiene en su carnet no creo que sea argumento. Para mí, tanto vale la opinión de mis sobrinas, granotas de nuevo cuño, como la de los que tienen 50 años el pase. Si no, imagino que cuando haya elecciones europeas, generales o autonómicas, el voto de las personas mayores valdrá más que el de los jóvenes y creo que no es así. Una cosa es escuchar la voz de la experiencia, pero es que en esto no hay experiencia granota pues nunca se ha vivido una situación así.
A la hora de valorar, me gusta pararme y ver cuáles son las otras opciones que se tienen y qué se tiene que perder. La actual situación del club es buena, pero peligrosa. Un resbalón deportivo te condena a bajar los ingresos drásticamente, no poder pagar la deuda y, deportivamente, estas semanas de playoff de ascenso nos sirven para ver lo difícil que es aspirar a subir y los sufrimientos y años que cuesta. Si llega alguien, liquida la deuda o parte, inyecta dinero en el equipo (falta hace), en el estadio (más falta aún) y en la cantera (sería clave)… ¿por qué tienen que salir mal las cosas? Y, si salen, en qué situación nos encontraríamos. Pues ahí el actual Consejo-Fundación sí tienen la misión de ser vigilantes, intentar tomar medidas que aseguren el futuro, pero teniendo todos claro que hay un margen de riesgo y que, el que pone su dinero, aceptará condiciones limitadas o muy limitadas pues para eso pasaría a ser el dueño.

Ya tuvo un dueño y...

Recordemos también, que el Levante ha vivido ya décadas teniendo un dueño, que por cierto era de aquí, y las cosas no acabaron nada bien. Volviendo a un razonamiento anterior, en aquella degradación del equipo los moscardones que acudieron en busca de su parte fueron un señor de Tomelloso, con todos los respetos para esta ciudad manchega que no tiene culpa de nada, pero un señor que tenía de fiable lo mismo que yo de melenudo. Entre aquel paripé grotesco, Tomás Carmona y, ¿lo recuerdan? a Ruiz Mateos en los 90 saludando desde el palco como posible comprador, la verdad, me quedo con un señor que no conozco que a los 23 años fundó el Banco de Arizona y hoy tienen empresas de primer nivel en un país altamente competitivo como el suyo.
Por acabar, en una sociedad como la valenciana que hace muy poco ha variado su rumbo en Ayuntamiento e instituciones, no resulta aventurado pensar que algo se está moviendo, no sé hacia donde, pero lo que sí parece claro es que había ganas de acabar con el inmovilismo, ya saben, abrir las ventanas, que corra el aire. En ésas, quedaría un tufillo raro si los gestores del Levante se niegan a considerar seriamente los nuevos tiempos, como resulta igualmente extraño que algunos que llevan reclamando el cambio político ahora no quieran un cambio en el club granota. ¿Cambios sí, pero sólo los que yo quiera? Por favor.
Una cosa es que algunos se traguen lo de que un cambio moderno es tener un alcalde con edad de jubilado y cero experiencia en el cargo, pero si hablamos del Levante, esto ya son cosas serias y aquí no comulgamos con los populismos. Quizás si Sarver viniera al Ciutat en bicicleta, a alguno le parecería mejor la opción, pero es que yo no quiero un Levante que ande a pedales sino un club que tome impulso y, si en ese movimiento nos caemos, tranquilidad, experiencia en levantarse ya tenemos pero siempre será mejor caer intentándolo que terminar pereciendo de inanición.
Miguel Ángel Vara
 

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