Se repiten los errores
Por Fran Barbosa
Vaya por delante que soy consciente, y así lo he manifestado siempre que me ha tocado, que, bajo mi punto de vista, Javi López se ha equivocado bastante en el tiempo que lleva en Huelva y que, por ende, es claro partícipe y responsable del mal momento que atraviesa el equipo. Empecinamiento en un doble pivote que ni crea, ni da solidez; titularidad indiscutible de un jugador que, salvando entrega y casta, no ofrece al equipo más que pésimos recursos técnicos y ausencia prolongada en el juego del equipo; posicionamiento de jugadores fuera de su sitio natural; incapacidad de reacción ante las adversidades que plantean los partidos… Mucho se ha hablado y no seré yo quien venga a aportar luz sobre este asunto.
Porque yo quiero ir más allá. El cese de Javi López es un hecho o, más bien, cuestión de tiempo, ya que se espera su ajusticiamiento en las próximas horas, en la derrota ante Las Palmas o, en caso de salvar el cuello en este encuentro, ya llegará un mal resultado para llevar a cabo un movimiento completamente decidido.
Y quiero ir más allá, decía, porque concedo a Javi López su cuota de responsabilidad en toda esta situación, pero ni un ápice más del debido. Con el suyo, serán tres ceses de entrenadores en tres temporadas. El primero, el de Víctor Muñoz, tras un tiempo respetable para tomar la decisión. No entraré en si las destituciones fueron acertadas o no, sino en el hecho de que cesar a un entrenador ya implica cierto grado de culpabilidad de aquellos que lo contrataron, aquellos que no acertaron. Ocurrió con Víctor Muñoz y ocurrió con Manolo Zambrano, de quien se dijo que nunca debió empezar la temporada, al igual que ahora va a ocurrir con Javi López.
Sin embargo, las destituciones de Zambrano y López tienen un punto en común, y es que para mí es especialmente sangrante que un club se vea obligado a cesar a un entrenador en la sexta o séptima jornada. Puede ocurrir una vez por mala suerte, o por cualquier factor, pero dos veces… Si ocurre dos veces, dos años consecutivos, lo siento, pero hay que mirar al Consejo de Administración, que, por cierto, es el único que ha estado presente en las tres temporadas, ya que incluso rodó la cabeza de Óscar Arias, acertadamente o no. En fin, lo de siempre, que el entrenador es muy malo.