Autoexigencia y hambre, claves
Vaya por delante mi felicitación a un grupo de profesionales que han demostrado su valentía en estos momentos de zozobra económica, atreviéndose a lanzar un nuevo medio de comunicación que contribuya a que la sociedad onubense se enriquezca con un prestigioso foro en el que expresar sus opiniones.
Más alegría me produce aún si cabe que sean compañeros a los que admiro y respeto quienes estén detrás de la pantalla del ordenador, tecleando y moviendo el ratón para que todos tengamos la información más fidedigna al instante. Le deseo de corazón larga vida al desmarquehuelva y ojalá que pueda leer en vuestro portal grandes éxitos de nuestro querido decano. Un Recre que en los últimos tiempos nos tenía acostumbrados a saborear tardes vibrantes de fútbol que esperemos se vuelvan pronto a repetir.
Quienes hemos tenido el privilegio de disfrutar de los mejores años de la historia de este equipo no queremos volver a tener las pesadillas de antaño y por eso creo que es bueno que la afición no se aletargue y sea más inconformista que nunca, sólo así podremos seguir creciendo como entidad. La complacencia es mala compañera de viaje en esto del fútbol, lo vemos a diario en los grandes clubes. Valoro de forma positiva que la afición exija a fin de que todos (directivos, cuerpo técnico y jugadores) den lo mejor de sí para poner al club nuevamente donde se merece. El que no esté comprometido que se aparque de este proyecto pero que no engañe a una grada que es tranquila y paciente pero no tonta.
Estos años en Primera División han servido para darnos cuenta de lo importante que es jugar con los grandes de nuestro balompié. Por eso cobra mayor relevancia el que volvamos cuanto antes a estar junto a ellos. El descenso del pasado año debe valer de escarmiento a todos. Los directivos no pueden permitir nunca más que el vestuario huela a podrido sin buscar remedio alguno, debido a la poca profesionalidad de algunas de sus piezas; el entrenador ha de crear una atmósfera de felicidad para que su mensaje llegue a la mente de sus hombres sin interferencias; los futbolistas tienen que comprender lo que significa vestir la camiseta de una entidad que es historia pura del fútbol patrio con una afición que quiere estar siempre en el firmamento futbolístico.
No, Huelva no puede permitirse otro año in albis y de ello debemos tomar conciencia todos: equipo, club, afición y medios de comunicación. En una categoría tan igualada como esta Segunda División hay matices que marcarán el devenir de la competición. Al final estarán arriba los tres equipos que más crean en el ascenso. Y para eso está la afición, para hacer que los jugadores y el técnico crean que todo es posible, sean autoexigentes y tengan hambre de gloria. La tensión no es mala si con ello se consigue evitar que los jugadores se relajen y bajen los brazos dando por válido un cuarto puesto.
Señores, aquí sólo vale ascender, creánselo y verán como son mejor de lo que todos piensan y pueden conseguirlo. Será un camino largo pero la meta merece la pena. El fútbol se lo debe a Huelva.