El tiempo se agota
El concepto de tiempo siempre es relativo, depende del cristal con el que se mire y va en una dirección o en otra en función de que haya o no muchas coincidencias. Con el Recre y su vuelta a Segunda División, el tiempo ha sido relativo y con muchas direcciones, pero ahora se está centrando peligrosamente en una sola: se agota y marca un tortuoso camino hacia una división inferior o infernal que hay que evitar a toda costa, pero el tiempo se agota. Y se agota no sólo para sumar puntos, que a la postre es lo que te da o te quita la gloria, se agota para demostrar que este equipo sabe jugar a estar entre los mejores de la división de plata., lo que además serviría para ilusionar a una afición que sabe perdonarle todo a este equipo, hasta que, después de un comienzo de competición intachable, reúna cinco jornadas y mes y medio sin conocer la victoria, sabiendo que lo que más duele es que, por juego, lo haya merecido y que, por juego, sea muy difícil sumar de tres en tres. Y eso sí es difícil de perdonar. La afición asume con dignidad un descenso, asumiría, que no fue el caso, que hiciese falta tiempo –otra vez el tiempo- para adaptarse a una nueva situación, aun con un conjunto en el que muchos decidieron no bajar del barco albiazul –por falta de ofertas o por otras cuestiones difíciles de explicar- y repitieron, pero lo que la hinchada decana no perdona es la falta de entrega y el conformismo, el no estar a la altura y que ni siquiera preocupe. Por eso el tiempo se agota, porque también se ha agotado la opción del recambio de entrenador, merecido o no, y no se atisba mejoría en lo más importante, en la actitud que se refleja en el juego. Nada más lejos de la realidad, el equipo ya ha batido récord de mala racha sin que haya una luz al final del túnel. Por ello el reto ahora debe estar en demostrar que cada minuto de juego importa y que la plantilla recreativista tiene una calidad que no puede pasar desapercibida para nadie, pero eso hay que demostrarlo cada semana y en el césped y los puntos vendrán a sumar irremediablemente a poner justicia en una tabla con una situación ahora sumamente complicada para los jugadores, pero sobre todo, para el sentimiento de una ciudad que mira de reojo y con terror a tiempos pasados que fueron muy difíciles de superar y que nadie por tanto quiere volver a vivir ni a recordar. Tiempo aquel que dentro de la relatividad, se hizo inmensa y sufridamente interminable.