Vaya por delante que yo ya he jugado antes una semifinal de Copa contra Charli Pouso. Y la perdí. Además, aquella eliminación de la Copa Bizkaia me privó de poder jugar en San Mamés. Fue en Gobela, en un Arenas-Firestone de juveniles a finales de los 70. Los rojinegros se clasificaron ante su público en la segunda tanda de penalties. Espero que ahora el Athletic me vengue de aquél revés sufrido ante el ahora técnico del Mirandés.
Anécdotas personales al márgen, sí me gustaría compartir aquí en EL DESMARQUE algunas experiencias vividas en las cinco finales de Copa que tuve la oportunidad de presenciar en directo; tres como aficionado, las otras dos como periodista deportivo.
Cuatro años más tarde (1977) otra vez a la final. Veníamos de perder la UEFA ante la Juventus de Betega, Zoff, Causio, Gentile y compañía. Suponíamos que el Betis pagaría los platos rotos un mes después en el Vicente Calderón. No en vano, a los andaluces se les había apeado hasta cuatro veces de la competición del K.O. Los jugadores dirigidos por Rafa Iriondo no asustaban apenas. Era el ”Viva er Beti manque pierda”. Todavía no había llegado la hora del “Musho Betis”. Los Bizcocho, Sabaté, Cobo, López, Biosca, etc.. eran, con perdón, una cuadrilla de amigos, jugadores del montón. Sobre el papel aquel Betis, iba a ser presa fácil para los subcampeones de Europa. Si acaso, el portero Esnaola, el extremo Mejido o un delantero delgadito llamado Cardeñosa, podrían generar algún problema. Un Cardeñosa quien, por cierto, fallaría su penalty en la tanda, aunque la “fama” le llegaría no por ese error , sino por otro de mayor trascendencia en el Mundial-Argentina'78 ante Brasil. Tampoco Dani tuvo su día. Jamás antes había perdonado desde los 11 metros pero aquella noche la “paradinha” no funcionó en el viejo Manzanares. El decisivo penalti, el número 15 de la serie se lo paró el meta gipuzkoano Esnaola al portero gipuzkoano Iribar. El txopo, por un instante, dejó de ser “cojonudo”. A esa final nos trasladamos los amigos en tren fletado al efecto. Salió de la estación de Abando de víspera a las 10 de la noche y nos dejó en Atocha a las 7 de la mañana. Sin pegar ojo durante todo el trayecto, a la llegada parecíamos zombies con txapela e ikurriña (no legalizada aún) por el centro de Madrid. Si esa pinta teníamos antes de la final, había que vernos tras “la mayor decepción que he sufrido jamás con el Athletic desde que tengo uso de razón”. Un auténtico poema.
La defensa del título, llegaría justo un año después, en 1985. El rival, el Atlético de Madrid de Luis Aragonés y Hugo Sánchez… y de Miguel Pérez, una calamidad de árbitro de ingrato recuerdo para los athleticzales. Las esperanzas de levantar la 25ª Copa se empezaron a frustrar cuando poco antes de la media hora de juego, este señor se inventó un penalti de Urtubi por mano. Todo el mundo vió que el balón botó nítidamente encima del larguero pero como si ves llover. Ese penalti lo transformó el “manito” que posteriormente marcaría un segundo tanto. El gol de Julio Salinas nos volvió a meter en la Final a falta de un cuarto de hora, pero ni fue posible la gesta, ni tampoco reeditar la fiesta. Por cierto, el ínclito Miguel Pérez, ya le “birlo” otra Copa al Athletic… juvenil. Dos años antes de pitar “mano de madera” de Urtubi, se inventó un gol de Michel que en realidad nunca traspasó la línea de gol. En la edición de 1985,viaje en avión y estuve en la cabina del Bernabéu. Supuso mi primera Final como periodista y ya pensaba que no volvería a vivir otra, tras casi cinco lustros de fracasos. Por suerte, me equivoqué.
Me moría de ganas de cantar un bacalao en una final. Y, por fin, pude hacerlo… Bacalao, bacalao, bacalao, bacalao… de Gaizka “RRRRRevolutión”TOQUERO. Todavía me tiemblan las piernas al recordarlo. Por cierto, a Valencia, el equipo de la Popu se desplazó por carretera.
Ahora otro “loco” del fútbol está a dos partidos de meter al equipo en otra experiencia mágica. El Mirandés de Puso se agarrará al “Sí se puede” pero enfrente tendrán a un Athletic orgulloso que reclama el “Sí se debe”. A por mi sexta final leones.