En principio creo que este domingo ante el Málaga ha habido dos partes muy diferenciadas, demasiado incluso. En la primera mitad hemos hemos jugado con fuego, porque yo soy de la opinión de que cara al jueves este de hoy era un partido muy importante, tanto como lo era ganar hoy a un rival directo.
Los últimos partidos ante Betis y Lokomotiv se acabaron muy mal en las segundas partes y se necesitaba ganar. Pero necesitábamos también recuperar la credibilidad ante la afición y la confianza en la plantilla. No me ha parecido oportuno, por tanto, no salir con todo lo que hay, y que para Bielsa es lo mejor además como suele demostrar en la práctica al rotar en rara ocasión.
Al final se ha visto un Málaga muy superior al Athletic, y si no es por la inspiración de Gorka se hubiera acabado la primera parte justo al revés de lo que ha pasado luego, es decir 0-3 o por ahí. Eso suponía sumar la tercera derrota consecutiva y se hubiera puesto en peligro también la eliminatoria del jueves. Ha habido suerte y el añadido de ese acierto de Gorka para no encajar ningún tanto en el primer tiempo.
Ya en la segunda parte ha cambiado el panorama con la salida de Llorente sobre todo. No lo digo porque haya o no haya marcado o porque haya hecho algo especial, pero con él se ocupa una plaza que Toquero no toca y que marca mucho la identidad del equipo como referente ofensivo. Además permite desplazar a Gaizka a la banda, donde ha demostrado que sabe centrar, hacer su trabajo de siempre, pero también ha metido un gol digno del Rudd Van Nistelrooy de sus mejores tiempos. Un golazo impresionante el que ha metido.
En la segunda parte el Málaga ha bajado mucho su rendimiento con el impacto de los tres goles tan seguidos, es normal, pero también es justo decir que en defensa ya se acabó el sufrimiento e Iraizoz no ha tenido que hacer paradas sean o no de mérito. Luego mi lectura es que ha cambiado todo. No solo el ataque, con la pegada demostrada en esos tres tantos, sino también en materia defensiva con una importante captura de confianza y moral para el vestuario.