El “culebrón” rojiblanco del verano ya está en el aire. Una vez que F. Llorente ha partido con la “roja” rumbo a la Eurocopa y sin dar ni una pista acerca de su futuro, se comienzan a desatar todo tipo de especulaciones.
Dentro de los “por qué” para la renovación del delantero, están indudablemente sus 30 “bacalaos” en la temporada, superando todos sus propios registros de temporadas anteriores y además dando puntos y eliminatorias importantes a lo largo del año.
Indudablemente es un elemento que puede contribuir en la progresión y crecimiento de un proyecto cargado de buenos mimbres, que además podrían motivar que siguieran su mismo camino y optar por la continuidad en el club. Y a día de hoy, es el jugador que marca las diferencias en los últimos metros de cara a la portería contraria.
Pero... ¿por cuánto? Evidentemente Urrutia y su equipo quieren que todo esto se resuelva lo antes posible, el tiempo es oro en esto del fútbol y si no se llegase a ningún acuerdo, que por lo menos la entidad rojiblanca pudiera obtener un montante económico importante, antes de que el contrato del delantero navarro llegue a su fin.
Ja ja... ¡¡¡Que romántico!!! me dirá alguno. Pues no, todo mi romanticismo se quedó en la rueda de prensa de para mí el último “Rey León”, aquel que sí consideró otros valores a la hora de decidir su futuro y apostó por su club de toda la vida, cuando los cheques en blanco le rondaban día sí y día también para que finalmente tuviese que acabar, como dice un amigo mío... “entre todas la mataron y ella sola se murió”.
Ahí va mi guiño al “8” a J. Guerrero, ya que la memoria es frágil y cuando entramos en los farragosos procesos de negociación creo que merece la pena recordarlo y porque quizás se haya podido provocar “un antes y un después” en cuanto al “sentimiento” de los jugadores a la hora de valorar su futuro, en vistas de los derroteros que tomo el asunto.
Conclusión, pase lo que pase, que el beneficiado por encima de todo sea el Athletic. Bien, porque pueda mantener un pilar importante en lo deportivo aportando así otro granito de arena en la filosofía de nuestro club sin hipotecarnos en lo económico, o bien porque finalmente se obtiene un beneficio económico que repercuta en la mejora de los cimientos en todos los aspectos de la entidad, dentro de la apuesta por un sentimiento único de un club único.