Si Pinocho fuera rojiblanco…
Javi Martínez y Fernando Llorente quieren progresar. Deportiva y económicamente. Respetable, entendible e incluso aplaudible. Ahí no voy a entrar, sería injusto tirar por la manida senda de la demagogia rojiblanca de discusión de Pozas. Los colores los sienten unos privilegiados, pues para eso ser JUGADOR DEL ATHLETIC (en mayúsculas) es cosa de privilegiados, no de pertenecientes a la primera plantilla. Creo que a estas alturas de la película ya sabemos distinguir quién ha interiorizado lo que este Club y quién transita por él porque ha tenido suerte. A buen entendedor...
Pero la cuestión que me ronda por la cabeza es la duda sobre lo beneficioso o perjudicial que puede ser el entorno del jugador. Amorrortu o Koldo Asúa son dos ejemplos bien claros de esa influencia rojiblanca que sólo ayuda a entender y amar estos colores. Y otros nombres son todo lo contrario. Al final decide el futbolista, pero todos sabemos que hay decisiones muy mediatizadas por lo que quieren otros.
En el caso de Llorente está muy claro que su hermano y representante, Chus Llorente, es quién está manejando el destino del nueve rojiblanco. Me consta y no me equivoco si digo que Fernando es del Athletic... pero quizás su hermano no ve las cosas igual. Una vez tuve una conversación con él respecto a este tema... y me quedó bien claro que su opinión sobre prensa y aficionados es la misma y no nos deja muy bien parados (“no tenéis ni puta idea” es una expresión que no es nada ambigua, la verdad...).
De su novia quizá mejor no hablar... bueno, sólo un poco. Parece que Victoria Beckham tiene imitadoras a nivel usuario. Mucho me temo que las ansias de fama y desarrollo de una carrera sobre una pasarela influyen en el ánimo del entregado novio. No hay más que preguntar por Lezama sobre el cambio de actitud personal que ha sufrido el de Ayegui en este último año.
Pero repito, la última decisión es del jugador al igual que sus actos. La congoja y mala cara de Llorente contrastan con la cara de Martínez firmando su marcha del Athletic. Se le desencajaba la mandíbula de tanto sonreir, como Jim Carrey en “La Máscara”... la que ha llevado puesta el ocho del Bayern, hablando de Iribar, de seguir todos juntos y de marcharse sin permiso a Alemania más contento que Paco Martínez Soria. Con nocturnidad y alevosía, mentiroso y cobarde. Y paso de hablar del Athletic ni de dar una explicación a los que tanto te han querido.
Llorente se lo está montando mal. Muy mal. Javier (si para el Athletic ya no es Javi para mí tampoco) mucho peor y parece que ninguno de los dos viven en esta realidad. Una vez un exjugador del Athletic nos hizo esta pregunta, a finales de la década de los noventa: “¿Qué es lo que cobráis la gente normal, 200.00 pesetas al mes?”... Poco más que decir. Una pena.
Por cierto, lo que es el destino... Quien trajo a Javier Martínez al Athletic fue en su día socio del Bayern de Munich... justicia poética. Espero que en el futuro también aparezca pero a favor del Athletic.