Raras sensaciones
De este binomio podemos afirmar que llegó una estabilidad deportiva, Caparrós se apoyó mucho en la cantera, el equipo fue fortaleciéndose mentalmente, llegando a disputar una final de Copa 24 años después. También tubo cosas que no se hicieron bien como olvidar el tema de las entradas de esa final o la venta de un jugador como Aduriz, "pendiente el pago de su venta todavía". Llegados a este punto hubo nuevas elecciones.
Macua-Caparrós y su celebre "clasificación, amigo" y Urrutia-Bielsa y un fútbol diferente, por otro. Personalmente me atraía la idea de ese fútbol que proponía Bielsa y el "gure estiloa" de Urrutia, frase lapidaria visto lo visto.
Ganadas las elecciones por Urrutia el primer año fue histórico. No, no hablo de clasificación ni de finales ganadas, hablo de un juego único que personalmente en mis 39 años (16-17 como socio) nunca ví. Una propuesta brillante, audaz. Cómo olvidar ese 1-0 de Old Traford y estando allí saber que ganábamos ese partido aún con el 1-0, (2-3) resultado final. Ese día lloré de emoción, nunca me había pasado. Creo hablar por todos los socios, nos sentíamos orgullosos de ese equipo y esa forma de jugar.
Llegaron las finales y todo se torció, no se ganó ninguna y lo peor, la imagen brillante desapareció. Aún y todo con el disgusto a cuestas nos seguíamos relamiendo con esa imagen dada durante todo el año, pensando en el próximo.
Nos adentramos en este año y lo que se encuentra el socio es que dos jugadores estratégicos se quieren marchar. Uno de los cuales lo hace y protagoniza un acto que no se ni como catalogarlo, el otro se queda a regañadientes. Un lio con unas obras donde el entrenador habla defendiendo al club más que el propio club. No comprendiendo personalmente ese silencio. Sin salir de esta, nos enteramos de una filtración inaudita en un vestuario. Filtración que no deja en buen lugar a nadie, ni jugadores ni club ni entrenador, porque algo así nunca, nunca debió pasar.
No reconozco este Athletic, sus silencios, su sensación de "camarote de los hermanos Marx".
El club tiene una afición modélica, pero esta también suele tener un limite.
En una situación así es complicado que deportiva-mente no afecte a los jugadores, y que la afición tenga una paciencia ilimitada también.
Solo espero que hayamos visto todo lo malo del año en estos dos meses y medio vergonzantes para todos. Que la situación se reconduzca, por el bien del ATHLETIC que somos todos, Club, jugadores y masa social. Nos dejemos de frases lapidarias, hablando cuando haya que hablar y callando cuando haya que callar.
Ya queda menos para el próximo partido en La Catedral y la esperanza de volver a ver ese juego, ese equipo, vuelve a nuestras cabezas, por que esa esperanza siempre vuelve no lo olvidéis.
BETI ZUREKIN ATHLETIC!!!!!
Dávid Etxebarria es socio del Athletic y ex-ciclista profesional