Que lleguen ya las victorias

 

Me hallo preso de un profundo malestar, y con manifiesta preocupación tras el decepcionante comienzo del equipo esta temporada. No deseo valorar lo que está sucediendo y es por todos conocido, me centro en lo que apunta nuestra clasificación en liga y el escaso juego practicado por nuestra escuadra zurigorri. Escuadra que dista mucho de estar allí donde todos la colocábamos en vista de las expectativas generadas la pasada temporada. 
Lo razonable era lo deseado por todos, la eclosión de un colectivo que podía ser capaz de competir con orgullo y al máximo nivel. Esperaba para esta temporada lograr ese ansiado título que callase para siempre a los que desean un Athletic de otro color, los que quieren huir de nuestro concepto romántico, aquellos que no soportan nuestra esencia, nuestro hecho diferencial. 
Conocimos esa enorme decepción, esa maldita cara amarga de la derrota, tuvimos que despertar de la pesadilla que supuso la final de Bucarest y volver a levantarnos desde ese estado catatónico para caer con estrépito ante la escuadra azulgrana. 
Dos finales de dolor que se convertirá en enfermedad de no sacar las debidas conclusiones que nos hagan mejorar, porque lo practicado entonces lo considero una afrenta al fútbol. 
Nuestro éxito radica en un colectivo motivado por nuestra esencia, nosotros en eso ya hemos ganado y es por ello por lo que nunca daremos la espalda a nuestros jugadores. Son ellos los que deben centrarse en desterrar el protagonismo individual por el bien del grupo, algunos se apropian de los éxitos y se ocultan ante el fracaso. Pero cuando vienen mal dadas,… todos somos Athletic. Algunos, somos socios que llevamos ya mucho tiempo a las duras, otros, son aficionados, y, a veces, los que menos comprenden, únicamente son “fans” de jugadores y solamente se apuntan a la gabarra. 
Dignos de señalar son, también aquellos medios de comunicación que detestan nuestro éxito. Solamente nos notician en la polémica y el conflicto internos. 
Yo soy uno de esos socios que piensa que nuestro hecho diferencial es nuestro mayor valor, nuestra esencia, ese poder competir exclusivamente con jugadores de la cantera de Euskal Herria en un escaparate globalizado para todos. 
Ningún otro club compite como nosotros, el resto están en manifiesta inferioridad de condiciones, nuestra filosofía es el motor del éxito, no es la excusa del fracaso. Ese es el mensaje que debe calar en nuestros jugadores.  
Por ella es por lo que perdonamos cuando salen mal las cosas. Siempre estaremos con ellos si lo dan todo en el campo. Mi premisa conceptual, es la de ver a un Athletic con esencia, inconformista si no apunta a ganador, pero que reconozca a un equipo que nos gana si el nuestro compite con dignidad. 
Un subcampeonato puede ser razonable como base para el despegue colectivo, no un punto a partir del cual todo lo conseguido se diluya.  
Apelo a la responsabilidad de aquellos que aceptan lo logrado como suficiente. Están obligados a mejorar lo anterior, y si no son capaces, que vengan otros que lo sean. 
Todos estamos de paso y el Athletic permanece, pero, para que todo se calme, que lleguen ya las victorias.  
KOLDOBIKA ANSOLEAGA, SOCIO DEL ATHLETIC CLUB