He tenido las sensaciones de Iraizoz
Este es el caso de los porteros en los deportes colectivos y más concretamente en el fútbol, el deporte mas mediático.
Yo he sido portero de fútbol. Yo he sentido las sensaciones que el portero del Athletic ha padecido estas últimas fechas.
Pero claro, no me solidarizo solamente con Iraizoz, sino con Adán, Raúl y todos los porteros que en las diversas categorías, están sujetos a un examen en cada partido.
Tengo innumerables anécdotas que demuestran el vía crucis que padecen quienes cada semana se ponen debajo de los palos.
Recuerdo un partido en Lezama, jugamos contra el Athletic. Resultado, Athletic 5-Cultural 0. A pesar del resultado, el mejor fui yo.
Eso sí, nadie reconoció el partido que realicé.
Sin embargo, recuerdo un partido en Galdakao. Todo el partido estuve sujetando las embestidas del equipo local. Un compañero falló un penalti, pero en el último momento cometí un fallo que supuso un gol y perder el partido.
Comentario generalizado. Hemos perdido por el fallo del portero. No por fallar el penalti.
Como comprenderán, entiendo a Iraizoz. Entiendo a todos esos porteros que se sienten menospreciados, en relación con los delanteros que para meter un gol necesitan diez ocasiones, mientras los porteros da igual si paran diez ocasiones claras de gol, si al final se pierde por un fallo suyo.
Las lágrimas de Iraizoz son las lágrimas de cuantos porteros hemos jugado y juegan al futbol, sin reconocerles jamás la importancia de ese puesto.
No sé si hubiera seguido de portero a dónde podría haber llegado, pero opté por hacer lo que me divertía; es decir: empecé a jugar con el equipo de mi pueblo, con mis amigos de jugador de campo, donde mis fallos se diluían entre los de mis compañeros.
Cuando jugaba de portero eso era imposible.
Esta carta va dedicada a cuantos porteros de los diferentes equipos se sienten minusvalorados en su trabajo.
José Luis Navarro, alcalde de Abadiño