Las oportunidades de Amorebieta
Fernando Amorebieta sabe que la pelota de su continuidad en el Athletic está sobre el alero de su tejado, pero debería ser consciente también de que pocas veces un club ha concedido tantas oportunidades a un jugador para enmendar su error y dar marcha atrás como está haciendo el Athletic con él porque, si algo se le puede censurar a la Junta Directiva rojiblanca con el central de Cantaura es la generosidad de su oferta y su extrema paciencia.
Fernando Amorebieta ha ido tensando la cuerda, asiéndose durante el tiempo que han durado las negociaciones a la gran temporada que realizó el año pasado -en buena parte gracias a la enorme aportación que Javi Martínez- y a su internacionalidad 'vinotinto', y anhelando emular los pasos de sus dos compañeros los 'estratégicos' (cuánto daño ha hecho esa etiqueta).
Cuando Josu Urrutia anunció el pasado 30 de enero que Ibaigane retiraba de la oferta “definitiva e indefinida”, y sin duda suculenta -en torno a los 1,8 millones netos por temporada y cinco años de contrato- que le llegó a ofrecer el Athletic, al no haber recibido una respuesta oficial del jugador, todo el mundo daba por hecho que el ciclo de Fernando Amorebieta en el Athletic había concluido. Pero el presidente no cerraba la puerta por completo y se mostraba "dispuesto a hablar" de nuevo con el central de su renovación. Primero oportunidad.
Dos meses después, y pese a la ausencia de contactos entre las partes, la puerta del Athletic continúa entreabierta para Amorebieta. En su última comparecencia pública ante los medios -el jueves-, Urrutia aseguró que ”no está descartado" que el defensa de 28 años pueda renovar. Segunda oportunidad.
Al presidente rojiblanco se le reprocha que viva el Athletic como un credo y no como un club de fútbol dentro de un mercado sujeto a la oferta y la demanda. Afirmaciones como la de “me gustaría que los jugadores que quieran estar o venir, tengan al Athletic como su mayor aspiración deportiva", ofrecen una visión excesivamente romántica y apasionada para los tiempos que corren.
Pero cuando Urrutia deja claro que la continuidad de Amorebieta “no está en manos del Athletic” y que, de reanudarse las conversaciones, éstas empezarían “de cero", emerge la versión más pragmática. La de un Athletic que, pese a estar económicamente saneado, no está dispuesto a ceder ante la pretensiones económicas de un jugador que pretende desertar por un puñado de euros del club que le formó desde su infancia, que le hizo jugador y que, no hay que olvidar, le permitió cumplir su deseo de acudir a las convocatorias de la selección de Venezuela, aun a riesgo de perderle durante varias semanas por una operación de pubis que quizás pudo haber evitado, como ocurrió el pasado verano.
Con la cuerda a punto de romperse, casi en el punto de no retorno, Amorebieta hace amago de recular. Viéndose en Lezama, sin poder entrenar ni jugar por una lesión, relegado por Aymeric Laporte en la lista de preferencias de Bielsa, sin oferta alguna en firme, y con la previsión de pasar en blanco los tres meses de contrato que le restan, el central salta de nuevo a los medios a través de un entrevista a la cadena de televisión inglesa
Sky Sports
para declarar lo “complicado” que sería para él su familia dejar un club en el que he estado durante muchos años y en el que tiene un montón de buenos amigos. ¿Un guiño para retomar la negociaciones de renovación? Entonces, ¿por qué a renglón seguido se ofrece sin ningún pudor a la Premier League?
Alguien debería decirle al de Cantaura que no se puede estar en misa y repicando. Lo de nadar y guardar la ropa está bien al comienzo de una negociación, pero no es el caso. La puerta está entreabierta, pero Fernando Amorebieta está jugándose recibir un portazo en la cara.
Por Macu Briones, Periodista deportiva