Es curioso pero el refranero es sabio; "Después de la tempestad, viene la calma". La semana pasada había una preocupación desmesurada por la sequía de Aduriz y su gol ante el Villarreal ha relajado el entorno rojiblanco. Ya no se habla con tanta fuerza sobre la urgentísima necesidad de subir a Guillermo. Da la sensación que el debate se ha diluido, momentáneamente, eso sí. Tengamos paciencia que es una virtud agradecida. Paciencia con Aduriz y paciencia con Guille. La necesidad imperiosa de ver un debut "ilusionante" genera obstrucción al lógico y natural canal por el que debe transcurrir la progresión de un joven jugador. Las expectativas con Guille son altas pero inmaduras. Tendrá oportunidades en el primer equipo por sus méritos no por deméritos de otros. Estamos ante un jugador con una creciente capacidad de definición, buenos movimientos y mucho trabajo, sin duda, pero todavía sin moldear.
Creo que la etapa en Segunda B la tiene superada y necesita competir en otra categoría. La cuestión es si se apuesta firmemente por su inclusión en el primer equipo ó sería más beneficioso cederlo a un equipo de segunda division en el mercado de invierno. Hay que mover ficha. Lo agradeceremos pronto. Por Pablo Palacio, entrenador de fútbol @jpablopalacio
