Confianza intacta para afrontar lo más complicado

Superado ya el ecuador de la Liga y con el equipo inmerso en una única competición, las perspectivas con las que afronta el Athletic el final del campeonato no pueden ser más halagüeñas. No cabe duda que aún resta lo más complicado y es fundamental mirar el partido a partido en lo que a las aspiraciones finales se refiere. 
La visita del Real Madrid ha vuelto a probar la elevada capacidad competitiva de los leones. Capaces de derrotar al Barcelona en casa, tener contra las cuerdas con un primer tiempo espectacular ante el Atlético y superar en prácticamente todo momento a los blancos.
Un alto nivel que refrenda la apuesta de Ernesto Valverde por una presión intensísima y buscar la verticalidad en cuanto se recupera la pelota. 
En ese sentido, cabría destacar la seguridad que está ofreciendo al equipo tanto el rendimiento de Gorka Iraizoz como la solidez del eje defensivo formado por Laporte y Gurpegi. San Mamés volvió a rendirse el domingo al capitán, futbolista ejemplar para todos aquellos chicos que cada día trabajan en Lezama para llegar al primer equipo. El futbolista llegado del Aviron por su parte crece de una manera que le sitúa cerca de la preselección de Deschamps para el Mundial. Sin embargo, donde se fundamenta el juego rojiblanco es en la medular. Mikel Rico está otorgando un equilibrio total al equipo y permite ver la mejor versión de Ander Iturraspe. El de Matiena es el mariscal de campo y probablemente el futbolista más importante con el que cuenta el Athletic esta temporada. De ahí en adelante, el talento de Herrera, la verticalidad de Muniain, Susaeta o Ibai y la referencialidad de Aduriz dibujan un equipo que semana a semana trata de sumar para certificar su pasaporte europeo lo antes posible. 
El trabajo diario se cimenta en una tranquilidad deportiva e institucional y en un fondo de armario que permite que la calidad de los entrenamientos sea superior a lo que podía ocurrir hace no tanto. La posibilidad de entrar en la Champions está ahí y el Athletic tiene serias opciones de entrar tanto por juego como por la capacidad de su plantilla y cuerpo técnico. Sin embargo, no conviene olvidar las dificultades que se suceden cada final de temporada –la propia Real el año pasado desperdició una importante ventaja para acabar entrando en la última jornada por un pinchazo del Valencia en Sevilla- por lo que cada punto será importante.  
Confianza intacta por tanto en las posibilidades de un equipo que ahora afronta una serie de partidos ante rivales contra los que se cimentan las posibilidades continentales. Y es que es precisamente en campos como Balaídos o el Benito Villamarín donde se cimentan las grandes alegrías de final de temporada.  
Por Beñat Zarrabeitia, periodista