Época de bonanza en el Athletic
La llegada de Ernesto Valverde al banquillo del Athletic el pasado verano vino como anillo al dedo y ha servido para que el conjunto rojiblanco haya dado el salto de calidad que se esperaba de él y del que gran parte de culpa tienen también Joaquín Caparrós y Marcelo Bielsa. El carácter luchador que imprimió el utrerano al equipo y la convicción del argentino de que también el Athletic puede jugar bonito, son dos señas de identidad que mantienen los leones con Valverde al frente. Ernesto se ha encargado de que no desaparezca la impronta de sus dos antecesores y la ha aliñado con un espíritu de sacrificio del que hacen gala todos y cada uno de sus hombres cada vez que se enfundan la camiseta: ahogar al rival muy arriba con una presión asfixiante y no dejarle jugar han convertido al conjunto vizcaíno en uno de los equipos más incómodos de la Liga, si no el que más.
Getafe, Atlético, Málaga, Sevilla y Real Sociedad en San Mamés y Elche, Levante, Barcelona, Rayo y Almería a domicilio son los equipos ante los que los leones deberán amarrar el cuarto puesto para redondear la gran temporada realizada y hacer el sonar el himno de la Champions en todos los rincones de Bilbao. Cinco de ellos pelean por lograr la permanencia, dos son rivales directos por el cuarto puesto, otros dos luchan por la Liga y uno, el Levante, se encuentra en tierra de nadie. Se antoja muy complicado que el mejor Athletic en Liga de las quince últimas temporadas deje escapar esa plaza que da opción a estar entre lo más grandes, no sin antes superar la fase previa, en la que se puede cruzar con algunos rivales de renombre.
Las directrices recibidas desde el banquillo están siendo aplicadas con excelencia por los jugadores del conjunto vasco, los habituales y los que no lo son tanto. Iraizoz ha recuperado su mejor nivel tras atravesar momentos delicados la pasada temporada, Laporte ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad capaz de cautivar a propios y extraños, Gurpegui raya a gran altura y Balenziaga, Iraola y De Marcos aportan la regularidad necesaria para que el Athletic también sea el cuarto equipo menos goleado de la Liga, superado tan sólo por Real Madrid, Barcelona y Atlético.
La medular, formada por un Iturraspe indestructible, un portentoso Mikel Rico y un Ander Herrera que firma actuaciones cada vez más notables, sirve de enlace con una línea de ataque en la que el tridente formado por Susaeta, Muniain y Aduriz, que suma 19 goles, ha encontrado el complemento perfecto en la figura de Ibai Gómez, auténtico revulsivo del equipo con 8 tantos anotados, a pesar de no gozar de la titularidad.
Con el presente asegurado, en el Athletic se observan mimbres para confiar en que seguirán los tiempos de bonanza a corto y medio plazo. Aún se espera a jugadores como Beñat, llamado a tener gran peso en el equipo rojiblanco y que esta temporada no ha logrado acoplarse. Guillermo Férnandez, que huele a gol, y otros cachorros como Kepa Arrizabalaga, Bustinza, Aketxe o Guarrotxena, por poner algunos ejemplos, se perfilan como los relevos naturales y los encargados de que el Athletic no abandone la buena senda.
Por Abel Romera Aguilera, periodista de AS
@Abel_Romera_AS