¿Y si sacamos la gabarra?

En una Liga movida por los intereses económicos y los derechos televisados, metáfora de una sociedad mercantilizada donde sólo hay sitio para el más poderoso, pocas ilusiones quedan para quienes un día decidimos ponernos en la bancada de los débiles.    Y por eso alegra comprobar que todavía hay hueco para la sorpresa. Que un equipo humilde todavía puede coquetear con la Champions, que David puede competir meritoriamente con los Goliat de presupuesto galáctico y que ser del Athletic no implica estar condenado de forma perpetua a la desesperanza.    Lo está demostrando el equipo de Valverde, quien nos recuerda cada día lo mucho que lo hemos echado en falta estos años. Algunos pensamos que la inolvidable primera temporada de Bielsa, hace dos años, marcaba el fin de un ciclo. Que las dos finales habían sido el gran logro de aquella quinta y que, tras ella, nos tocaba retomar la travesía por el desierto.    Pero ha resultado que no. Una nueva hornada de jugadores como Laporte, Iturraspe, Mikel Rico o Balenziaga están demostrando que hay relevo generacional y que tenemos Athletic (y buen Athletic) para rato.    De momento, vamos camino de ser ganadores de la segunda Liga. La que queda fuera de los presupuestos millonarios y los fichajes desorbitados de Real Madrid, Barça y Atlético de Madrid. Llegará el día en que estos súper equipos europeos jugarán su propia Liga y el resto de mortales podrán dedicarse a alimentar aspiraciones más livianas, como disfrutar del fútbol, alternando victorias y derrotas, que es lo que siempre habíamos hecho. Hasta entonces, podríamos plantearnos ir sacando la gabarra, porque lo que hemos ganado este año no es poco.    Por Patxi López, Ex secretario general del PSE-EE y anterior Lehendakari del Gobierno vasco.