Be txakoli my friend

Los clubes grandes son como las personas, demuestran lo grandes que son en los malos momentos. En los buenos es muy fácil ser un buen amigo y ser un gran club. Uno no sabe con quién está casado hasta que no empieza a entrar agua en el barco a borbotones, y creo que el Athleticzale ha demostrado que, al igual que el club al que venera (que en realidad son los mismo), no tiene parangón en el mundo porque esta institución es algo más que un equipo de fútbol.
 Cuántas veces se dice esto de muchas aficiones. Sin embargo, creo que la del Athletic Club es la que más responsabilidad tiene de largo en los resultados de su equipo a nivel mundial y nuestra historia es un fiel reflejo de ello. Con épocas gloriosas y épocas difíciles hay “un algo” que hace que este equipo siempre salga a flote. Tiene que haber algo más para que un equipo formado única y exclusivamente por jugadores de una región sea un ejemplo y una referencia mundial por no haber descendido nunca a segunda en la liga referencia del deporte rey. Y lo que creo que explica esto es el hecho de que la identificación del hincha con el equipo y del equipo con el hincha trasciende lo meramente deportivo y nos activa ese sentimiento tan bilbaíno llamado orgullo. Orgullo de ser lo que somos.
 En la presente temporada las cosas no pintan como soñamos al empezarla. En liga todo pinta que viviremos una temporada de farragosa transición que se solucionará por el talento del entrenador y plantilla y la unión con la grada. Quedan todavía las alegrías y la ilusión que suponen la UEFA y la Copa. Para que no haya sustos hay que (como decía “el loco”) recuperar “el tono” y ponerse las pilas ya (nada de unas pequeñas de reloj Casio de pulsera o de mando a distancia si no unas bien gordotas de las de antes) porque los números son flojos y el juego que es muy intermitente (menos luces que sombras) no ha llegado aún para quedarse. De todas formas, sin la recuperación de las columnas vertebrales de mármol de este equipo tratar de recuperar el tono va a ser como tratar de abrir una cerradura con un spaguetti recién cocido. Necesitamos a los mejores Itu, Iker, Rico, Ibai, Markel...  Es vital que Iker vuelva a ser Iker Muniain, ese jugador q se va siempre al encarar y ya sabemos que el esquema de juego del equipo rival cuando alguien se va de su par se viene abajo y hay que reestructurarlo sobre la marcha con los desajustes que ello conlleva. Es fundamental que recupere su juego.
 Este globo es cierto que da síntomas de tener alguna rajita por donde se está escapando aire, de manera que vamos a tener que soplar todos fuerte y al alimón como siempre que hemos tenido problemas para que, como cuando dejas de controlar el escape del aire de un globo con los dedo , no salga descontrolado por los aires como Darth Vader en el final de “La guerra de las galaxias” a bordo de su nave “TIE Fighter” dando vueltas en espiral arrojado a los abismos del hiperespacio.
 Hay detalles (como el hecho de que San Mamés, antiguo bastión inexpugnable, sea a día de hoy un joyero abierto de par en par al que todo el mundo le mete mano) que son preocupantes y es en La Catedral donde nos tenemos que apoyar para revertir la situación.
 Vamos con la pincelada “iluminati” del artículo: el otro día hablando con Javi Goros, institución del fútbol vizcaíno (poseedor de uno de los mejores golpeos de balón que he visto jamás) me comentó una cosa con la que estoy de acuerdo: podemos tener en el carpintero padre del Señor (San José) a un delantero centro o a un media punta llegador para ciertos momentos y ocasiones. Tiene gol y llegada. En fin, me centro. Y como no hay nadie al remate: sigo.
 El que sí creo que ha llegado para quedarse (y si no, debiera) es el delantero bilbaíno del Bilbao Athletic de ascendencia Ghanesa y Liberiana con apellido de espuma de afeitar. Es muy rápido, incisivo, molesto para las defensas contrarias, goleador... Veremos la evolución pero yo sí que le veo.  Tenemos que encontrar y buscar la unión y el apoyo total al equipo. Un clima de pesimismo siempre es malo ya que como dice Eduard Punset, los optimistas sacan siempre mejores resultados porque lo intentan más. El pesimista lo intenta menos por miedo a fracasar y porque piensa que seguramente todo le seguirá saliendo mal. Este positivismo hay que apoyarlo en mucho trabajo ya que creo que no estamos desconectados de la realidad al pensar que nuestro equipo no está para estar donde está. No un optimismo bobalicón del estilo de "no , es que no soy bajito, es que estoy lejos", sino uno basado en la capacidad real que sin duda este equipo tiene.
 Es como dice mi amigo Aitor cuando salimos por ahí a enredar un poco y se excusa después de nuestro octavo o noveno txakoli al que brindando llama con una sonrisita “sorbitos de confianza”; nosotros los athleticzales tenemos que ser esos sorbitos de confianza para el equipo, ese vino blanco de uva verde tan nuestro: “ Be txakoli my friend”.
 Lo dicho, no debemos ser pesimistas ya que esa visión siempre trae peores resultados. Nunca se sabe. Exigentes sí hay que ser pero el malestar creo hay que demostrarlo al final de temporada si así lo creyéramos o en las mal situadas en mitad de la temporada elecciones a la presidencia el que piense que el problema es más hondo; mientras el apoyo tiene que ser el de siempre: total. Yo confío mucho en el grupo y en el entrenador. Cuidado que aún puede ésta ser una temporada muy exitosa. No vamos a ser como el del chiste de Eugenio, "un tío tan gafe tan gafe que se sentó en un pajar y se clavó la aguja".
 En resumidas cuentas: una temporada de transición en Liga salvando los muebles sin aprietos como mínimo nivel exigido, campeones de Copa, campeones de UEFA y como tales (la conjunción, no el filósofo nacido en Mileto) el año que viene jugamos Champions otra vez. Más de Bilbao que el agua de la ría, vaya. Aupa Athletic!
Por Gorka Alvarez, ex futbolista, cantante de 'El Mentón de Fogarty' 
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Otro artículo de Gorka Alvarez: "El Athletic Club de Holanda"